|
CONFLICTOS ENTRE SOCIOS DEL MERCOSUR: EL CASO DE PLANTAS DE PASTA DE CELULOSA SOBRE EL RÍO URUGUAY Autor: Felix Peña |
|
Distintos tipos de conflictos pueden ser la resultante de un proceso de integración entre naciones.
A veces son existenciales, e involucran disensos en cuanto a la propia subsistencia de la vocación de integración entre las naciones socias. Ellos pueden ser la resultante de una percepción de deterioro del cuadro de ganancia mutua, que es el que normalmente sustenta un proceso de integración consensual. Eventualmente, pueden conducir a la disolución del proceso o al retiro de uno de los socios, hipótesis que en general está explícitamente prevista en el tratado constitutivo a través de las respectivas cláusulas de denuncia. Ha sido el caso en el pasado del retiro de Chile del entonces Grupo Andino. Más recientemente es el caso –aún no plenamente consumado– del retiro de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones.
Este tipo de conflictos pueden resultar, sea de la evolución del sistema internacional posterior a la decisión de iniciar un proceso de integración, o de cambios sustanciales en prioridades y políticas de uno o más de los socios. También pueden ser la resultante de factores “ambientales”. Esto es, de situaciones no necesariamente relacionadas con el proceso de integración, pero que van deteriorando el ánimo de los socios de trabajar juntos. Tales situaciones pueden conducir a una erosión de la legitimidad social del proceso de integración en alguno o en varios de los socios, eventualmente en todos ellos.
Otras veces son conflictos de concepción o metodológicos. Ellos involucran disensos, incluso profundos, sobre cómo desarrollar los objetivos perseguidos – eventualmente en algún sector específico, como puede en el Mercosur el caso del sector automotriz – o sobre cómo se conduce el respectivo proceso. Un ejemplo notorio fue el de la “crisis de la silla vacía”, que planteara Francia en 1965 en la entonces Comunidad Económica Europea. Como todo conflicto internacional, involucran intereses divergentes.
La característica tanto de los conflictos existenciales, como de los de concepción y los metodológicos, es que ellos no son justiciables, es decir |