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CAMBIO DE AUTORIDADES DE LA COMISIÓN PRO BONO: MOMENTO PARA EL BALANCE, ENTREVISTA AL DR. MARTÍN ZAPIOLA GUERRICO Autor: María de la Paz Miatello |
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Por último, se planteó el tema de la difusión mediática de los casos, que fue, quizás, uno de los más ásperos. “No fue fácil. Tuvimos muchas discusiones por este tema. Pero con cada discusión volvíamos a conectarnos con la esencia del proyecto y a renovar los votos en el sentido de que esto era un esfuerzo colectivo, que lo importante era la suma de los esfuerzos individuales, no el caso individual. Impulsábamos un movimiento de cambio cultural, que iba más allá del estudio tal o el estudio cual. Para lograrlo estuvimos de acuerdo en que, a nivel mediático, los estudios debían asumir un perfil bajo en beneficio de un perfil alto de la Comisión, que era la que de alguna manera representaba ese proyecto de cambio. Todos conceptos que, a mi modo de ver, son muy novedosos para el argentino, porque somos la antítesis en mil manifestaciones”.
Los primeros pasos
Una vez sentadas las bases, y puestos de acuerdo sobre las normas que los regirían, la Comisión empezó a andar. Al principio, sin ningún tipo de estructura directiva. “Éramos como una especie de democracia deliberativa. Nos reuníamos, discutíamos los temas. Yo empecé a actuar como coordinador”. Pero a los dos años, aproximadamente, empezaron a advertir que tal estructura era necesaria. Fue así como se constituyó la primera mesa directiva y como el Dr. Zapiola Guerrico llegó a la presidencia que ejerció hasta hace muy poco tiempo.
Y llegó el primer gran caso. El famoso caso de las declaraciones juradas de los senadores. Llegó de la mano de Poder Ciudadano, que fue un aliado estratégico muy importante en aquellos primeros momentos. “Ese caso nos motivó muchísimo. Hacía poco que se había dictado la Ley de Ética Pública. En virtud de dicha ley, los 37 millones de argentinos podíamos ser fiscales de la honestidad, o al menos de un indicio de la honestidad, de nuestros representantes. Nos entusiasmaba, pero nadie quería tomarlo porque se trataba de un caso de alto voltaje. Era tirarnos directamente contra los políticos, con todos los riesgos que eso implica”. Y fue ahí donde se hicieron palpables, por primera vez, las ventajas de contar con el “paraguas” de la Comisión. No eran los estudios jurídicos |