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Una revisión crítica del marco regulatorio de la radiodifusión Autor: Alejandro María Massot |
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ciertos temas. Como bien sostiene Zaffore64, “la comunicación pasa de ser un instrumento pluralista de control del poder a un instrumento del poder estatal”.
El objetivo del constituyente al establecer la libertad de prensa fue lograr el mayor pluralismo de ideas posible; considerar la radiodifusión como un servicio de interés público avanza en el camino contrario, al silenciar la mayoría de las voces para que prevalezca la estatal. Por lo tanto, la regulación estatal de los servicios de radiodifusión es inconstitucional desde que atenta contra el pleno ejercicio de garantías constitucionales.
b) Argumentos adicionales a favor de la regulación estatal
La escasez de frecuencias no fue el único argumento utilizado por los defensores de la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y de la regulación de la radiodifusión. Al mencionado argumento se le pueden sumar, cuanto menos, tres más que serán desarrollados y rebatidos a continuación.
1) La inviabilidad económica
Este argumento es generalmente esgrimido por los titulares de licencias de radiodifusión y ha sido utilizado convenientemente por los gobiernos de turno para poder mantener el control sobre la actividad radiodifusora en la Argentina. Este argumento sostiene, básicamente, que abrir el juego y poner a disposición de todos los habitantes la totalidad de las frecuencias disponibles para operar radios y canales de televisión, sin imponer más requisitos que los técnicamente imprescindibles para no generar interferencias entre sí y la obligatoriedad de respetar normas de contenido en salvaguarda de los menores, generaría una situación de ineficiencia donde habría mayor cantidad de radio operadores que los que el mercado podría absorber.
No desconocemos que la implementación de propuestas como las planteadas en el presente trabajo no garantizarán la supervivencia de todas las radios y canales de televisión privados técnicamente viables. Del mismo modo que ocurre con los medios de comunicación escritos, sólo subsistirá la cantidad que se corresponda básicamente con el real volumen del mercado publicitario que, por otro lado, es el único sistema de financiamiento probado hasta el momento que garantiza las mejores condiciones para la preservación de la independencia de los medios.
Al desaparecer las barreras tecnológicas que en algún momento pudieron tornar escasas las frecuencias del espectro radioeléctrico, no se entiende por qué el Estado Nacional continúa regulando fuertemente la asignación de frecuencias. Sostener que la razón para restringir el acceso a ellas y prohibir la libre competencia es que el mercado no es lo suficientemente grande para asegurar el éxito comercial de todos los licenciatarios resulta inadmisible en una economía de mercado.
Si se desregulase el acceso a los medios privados de radiodifusión, asimilándolos a la prensa escrita, se generarían economías de escala en un marco de genuina competencia, permitiendo el ingreso permanente de nuevos operadores y alentando la inversión en
64 Obra citada, p. 82. |