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REFLEXIONES |
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Mientras reflexionaba acerca de lo sucedido desde el último número de nuestra Revista, me alegré de contar esta vez con un acontecimiento positivo para el fortalecimiento institucional. Se trata ni más ni menos del pronunciamiento electoral en Misiones para elegir constituyentes con motivo de la modificación de la Constitución Provincial promovida por el actual gobernador.
La ciudadanía puso límites
Son varios los elementos y consecuencias auspiciosas de ese pronunciamiento popular. En primer lugar, el haber dicho no a una propuesta de reelección indefinida que es manifiestamente incompatible con la esencia de la República.
En segundo lugar, nunca antes se había puesto un límite tan claro y contundente a los aparatos políticos y a las prácticas clientelistas que esta vez no surtieron efecto. Esto es tanto más meritorio en el contexto de una provincia, como Misiones, que no se encuentra entre las más ricas y desarrolladas del país. Sin embargo, los intentos de “comprar” las voluntades, aún de los más necesitados, tuvo como valla la percepción generalizada y correcta de que se estaba pretendiendo tergiversar la democracia con planes de perpetuación política, siguiendo prácticas difundidas también en otras provincias.
Finalmente, el efecto “dominó” que desencadenó el resultado electoral, motivó que el propio Gobierno Nacional que había alentado y apoyado abiertamente el intento reeleccionista en Misiones revisara sus conductas y planes.
Ante el riesgo de pagar costos políticos intolerables que pudieran afectar los propios planes electorales del Presidente, éste obligó a “bajarse” de sus afanes re-eleccionistas a los gobernadores de Jujuy y Buenos Aires.
En definitiva, se trató de una saludable reacción que permite abrigar esperanzas de que no obstante las presiones y las prebendas, la ciudadanía desea preservar las instituciones. |