|
Abogacía Pro Bono desde el CACBA: ahora, los socios de nuevo Autor: Juan Pablo Vigliero |
|
capacidad de atención de casos al ser encarado por tres grandes Firmas). En definitiva: ¿queremos hacer trabajo pro bono articulado entre más actores que dé mayores posibilidades de impactar en más destinatarios, o sólo queremos mantener nuestro “metro cuadrado”, dándonos por satisfechos?
En tercer lugar, e íntimamente ligado a los dos tópicos anteriores, de un tiempo a esta parte, incipiente pero persistentemente viene planteándose si la CPB debe dar un salto cuantitativo en los servicios que presta, para adicionarle al ya muy bien manejado asesoramiento a ONG´s y a casos institucionales, la mayor atención a casos de personas individuales que tienen dificultades para acceder al sistema de Justicia. En otras palabras, ¿debemos traspasar la barrera de asesorar a quienes ayudan y comenzar a ayudar directamente nosotros? ¿debemos dejar de patrocinar a organizaciones intermedias que llevan judicialmente casos y tomarlos directamente? Una respuesta rápida apuntaría a la existencia de los numerosos Consultorios jurídicos gratuitos, desde los universitarios hasta el del propio Colegio. Pero antes que al asesoramiento a personas sin recursos, nos referimos al patrocinio de casos puntuales de personas concretas pero que impliquen alguna cuestión de interés público. Nuevamente se podrá decirnos que ya existen antecedentes de “litigios estratégicos”. Sí, pero son aislados. De lo que trata de discutirse es de la instauración de un sistema de búsqueda, análisis y eventualmente asistencia legal a casos de “litigio estratégico”; en concreto, de tomarlo como una política de la CPB, que no sería sino una política del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Cómo explicarle a un sacerdote de la Vicaría de Villas, con el que trabajamos codo a codo, que no podemos ayudarlo en casos concretos o, peor aún, cómo decírselo al propio interesado que acude a nosotros? ¿Cómo evitar que buenas ideas que tenemos queden truncas porque no hallamos la ONG adecuada, o porque las indicadas pueden abrigar prejuicios -de cabotaje ciertamente- sobre nuestro Colegio, o porque a diferencia de nosotros, algunas organizaciones se han transformado en consultoras de gobiernos, con las limitaciones que ello implica?
En cuarto lugar, está la cuestión internacional. ¿Queremos realmente recuperar un rol protagónico en la región, involucrándonos en foros de discusión, asesoramiento y litigios que llevan a la adopción de mejores políticas públicas por parte de los gobiernos de Latinoamérica? ¿Entendemos que contribuir a mejorar la calidad institucional de nuestros |