Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires

109 años Defendiendo la Justicia, la Ética y la Libertad

El 29 de julio de 1913, en la sede de la entonces Facultad de Derecho, suscribieron el acta de fundación del Colegio 132 abogados, entre los cuales se encontraban los doctores Jorge Argerich, Pedro Agote, Horacio Beccar Varela, Carlos Coll, Miguel Cané, Carlos Delcasse, Juan José Diaz Arana, Vicente Gallo, Carlos Ibarguren, Tomás Le Bretón, Osvaldo Magnasco, Federico Pinedo, Miguel Padilla, Alfredo L. Palacios, José María Rosa y Estanislao Zeballos.

Sin embargo, la historia de nuestra institución precede su propia fundación ya que en 1857 se constituye por primera vez el Colegio de Abogados de la Ciudad y es su primer presidente el eminente jurista y codificador Dr. Eduardo Acevedo. Este Colegio era ya considerado como representativo de la actividad profesional y es por ello que opinó por especial encargo del entonces Presidente de la República, Domingo Faustino Sarmiento, sobre la adopción del Código Civil.

En 1871 desaparece esta Institución coincidiendo con la muerte de quien era su presidente, Dr. José Roque Pérez, víctima de la fiebre amarilla al combatir este flagelo como Presidente de la Comisión de vecinos constituida a tal efecto.

No pasó mucho tiempo, y en julio de 1900, Miguel Cané presentó un proyecto de neto corte ético en el Senado de la Nación a fin de que el Colegio de la Ciudad pudiese marcar el rumbo en temas disciplinarios y éticos. En 1903 este proyecto es aprobado pero no llega a ser ley.

En 1907 fue el Dr. Manuel Obarrio, y luego el senador Carranza en 1908, quienes acercaron nuevos proyectos al Congreso de la Nación.

Pero es en la antigua y colonial casa de la calle Moreno, que ocupaba en ese entonces la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, en un paralelismo histórico con la ciudad que lo vio nacer, es fundado por segunda y última vez.

Sus fundadores, todos ellos hombres cuyo ejemplo y obra son ya patrimonio de la historia del país, dan comienzo a esta nueva etapa.

Presidía al reunión el último canonista que profesó la facultad, Dr. David de Tezanos Pinto, secundado por los Dres. Carlos M. Coll y Eduardo L. Bidau. El 15 de agosto de 1913, los tres directivos designan a los Doctores Norberto Piñero, Manuel Moyano, Adolfo Horma, Joaquín M. Cullen, Diego Saavedra, Ricardo C. Aldao y Federico Pinedo para que lo acompañasen.

El 15 de diciembre de 1913 se distribuyen los cargos del primer Directorio de acuerdo al mandato conferido por la Asamblea. El 31 de diciembre del mismo año se constituye el mismo con la presidencia de Norberto Piñero. Tiempo después se realizan las gestiones correspondientes, y el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires obtiene entonces su personería jurídica el día 25 de abril de 1914.

El Colegio en la vida del País:
Evocar la vida del Colegio de Abogados de la Ciudad en las últimas casi nueve décadas implicar trazar una conexión histórica con la vida y las vicisitudes de nuestro país.
Pese a los cambios sociales y culturales ocurridos a través del tiempo, el Colegio ha mantenido su representación, poniendo particular énfasis en la prédica constante a favor de la defensa del derecho, de la ética, del libre ejercicio de la profesión, y de las libertades individuales.

Toda vez que el derecho o las instituciones fueron vulneradas, el Colegio de Abogados hizo sentir su palabra, sin estridencias, pero con la firmeza de quien siente verdaderamente los principios que lo vieron nacer. La defensa de esos mismos principios le ocasionaron, en diferentes oportunidades, sufrir persecuciones. Con toda razón pudo entonces decir el ex presidente del Colegio, Dr. Adolfo Bioy, al hacer referencia a la tradición ética e independiente de la entidad, que de las paredes del Colegio nunca fue necesario descolgar un cuadro ante cambios de gobierno.

Más allá de errores y desencuentros comunes con los que marcaron hitos en la historia de este siglo XX argentino, el Colegio de Abogados se ha abocado siempre a la defensa de los principios enumerados en el Artículo primero de su carta orgánica.

"Propender el mejoramiento del Poder Judicial y velar por su independencia como poder del Estado; velar por la observancia de las reglas de ética profesional; defender los derechos de los abogados en el ejercicio de la profesión; fomentar el espíritu de solidaridad, la asistencia y la recíproca consideración entre los abogados; estimular la ilustración de los mismos; fomentar el arbitraje, la conciliación y la mediación; desarrollar actividades de investigación".
(Estatuto del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, Artículo 1)

Una voz:
La voz del Colegio en temas de dominio público estuvo constituida siempre por las Declaraciones de su Directorio y los discursos de sus Presidentes.
A través de ellas el Directorio, en representación de sus miembros, ha forjado una trayectoria de seriedad y coherencia como pocas instituciones en nuestro país.
En los últimos años, las declaraciones anuales del Colegio de Abogados han marcado el rumbo en temas de interés para la abogacía argentina. Su equidad y transparencia las han convertido en constante referencia fuera de los ámbitos propios de nuestra profesión.

La defensa e intangibilidad de nuestra Constitución Nacional y de su espíritu e ideario, y de las libertades, derechos y obligaciones allí descriptas, son todas convicciones que traslucen en cada acto de la Institución.

El Colegio de Abogados en el Siglo XXI:
Desde su nacimiento, el Colegio ha albergado a los más importantes abogados de nuestra ciudad quienes, unidos por el deseo de mejorar la profesión día a día, han participado y colaborado voluntariamente con su crecimiento y grandeza.

Hoy conviven dentro de nuestro Colegio varias generaciones de abogados a quienes los unen las mismas convicciones e ideales, a quienes preocupan los problemas que afectan el funcionamiento diario de nuestra justicia, y quienes sienten la necesidad de unirse, expresarse y participar en una institución que cree en un porvenir mejor. Un porvenir por el que ha luchado incansablemente por décadas.

Una incesante atención a los problemas cotidianos de los miembros de la profesión, un permanente intercambio con nuestros países vecinos y del mundo entero, conferencias, cursos, proyectos de investigación, conciertos y otro eventos culturales, una activa participación en internet, y publicaciones de primer nivel resaltan, mes a mes, la creciente actividad de la institución.
Las Comisiones Internas debaten constantemente los problemas específicos de cada área de la profesión. La renovación también se vive aquí ya que con la nueva modalidad de Reuniones Abiertas, todos los profesionales de la institución son invitados a participar y a contribuir con la proliferación y pluralidad de las ideas y propuestas que se debaten.

Nomina de Presidentes desde su Fundación en 1913: