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REFLEXIONES Autor: Director |
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el Gobierno, atacaron con palos y cadenas en la Plaza de Mayo y sus inmediaciones a los manifestantes. Todo ello se hizo con la notoria pasividad de las fuerzas policiales, retiradas instantes antes. Para colmo, el líder piquetero que encabezó los ataques había participado en las primeras filas del acto durante el cual la Presidente pronunció un discurso con fuertes ataques al sector agropecuario, que en buena medida actuaron como desencadenante de la protesta. Ese mismo líder piquetero, también participó, pocos días después, en un lugar destacado, en un acto oficial que se realizó en la Plaza de Mayo, donde concurrieron las organizaciones piqueteras en apoyo a la política oficial contra el paro agropecuario.
Escenas similares se repitieron el 14 de junio pasado cuando grupos adictos al gobierno (incluyendo conocidos funcionarios acompañados de notorios "patovicas") expulsaron a manifestantes opositores de la Plaza de Mayo y de las calles frente a la residencia presidencial en Olivos.
La gravedad y peligrosidad de esta práctica tiene poco antecedentes, y recuerda a prácticas funestas que se utilizaron en las etapas iniciales de consolidación del poder de una de las peores tiranías que haya padecido la humanidad.
La profundización de los ataques a la prensa
Como suele ocurrir cuando comienza el desgaste de un gobierno o se cae su imagen, las autoridades de turno creen poder revertir ese proceso atacando o cuestionando el accionar de los comunicadores de las “malas noticias”.
En este caso, ello se vio agravado por el conflicto del Gobierno con uno de los principales medios periodísticos y de comunicación del país, en un contexto en el cual las autoridades procuraban la “entrada” a dicho grupo de empresarios allegados al poder, como ha ocurrido en otros sectores.
Ello derivó en ataques constantes a dicho medio desde las más altas esferas del Gobierno, junto con una campaña de afiches y declaraciones de políticos y piqueteros afines, pocas veces visto. |