02/06/2010 - Declaración Pública
FRENTE A LA POLÍTICA DEL ANTAGONISMO
Recientemente el Ministro de Justicia de la Nación, manifestó que “resulta imperioso avanzar en la sustanciación de procesos judiciales contra los civiles que endeudaron al país y destruyeron la industria nacional en beneficio propio y de intereses imperiales”, agregando que “son muchos los Martínez de Hoz que todavía están libres”.
Tales expresiones, por venir de quien provienen y su sentido son repudiables y preocupantes. Asimismo son confirmatorias del rol emblemático que desde el Poder Ejecutivo se asigna a la causa en que, violentando elementales principios jurídicos y razones humanitarias, se ordenó la detención de José Alfredo Martínez de Hoz.
En las amenazadoras declaraciones del funcionario público subyace una clara vocación por subordinar la independencia del Poder Judicial ante la pretensión de ejercer el poder de manera autoritaria y de imponer así un sistema de pensamiento único. Tras ese inadmisible propósito, se vislumbra el peligroso recurso funcional de criminalizar las ideas contra todo aquel que pudiere representar algún tenue vinculo funcional o un modo de pensamiento considerado contrario a los intereses del gobierno.
En ese contexto que no se puede soslayar, la jueza Arroyo Salgado, ordenó que se interceptara en la vía pública a los hermanos Marcela y Felipe Noble Herrera, eventuales víctimas de los delitos que investiga, para secuestrarles prendas íntimas con el propósito de obtener nuevas muestras de sus ADN. Esa incontrastable violación de su dignidad e integridad, lamentablemente se inscribe en el uso demagógico del sensible tema de los derechos humanos, enhebrado en este caso, con la repudiable campaña de agresiones dirigidas a accionistas del Grupo Clarín.
En la reiteración de estas censurables prácticas, cuya recurrencia y variedad debe señalarse con preocupación, resulta evidente que los primeros afectados son los ciudadanos que directamente han visto lesionadas garantías constitucionales básicas. Junto a la afectación de sus respectivos derechos, también son víctimas de este sistema la Verdad y la Justicia.
En estas conductas persecutorias, a las que se suma la metodología de intimidaciones y agresiones a dirigentes sociales, se advierte una profunda disociación, y también desprecio, con el anhelo de la gran mayoría de la sociedad argentina de desenvolverse en una Nación que conjugue el respeto por la ley con el espíritu de concordia nacional.
Frente a la política del antagonismo, es indispensable recuperar el sentido profundo del Bicentenario y la permanencia del pensamiento superador y progresista impulsado por los fundadores de la Patria.
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