Reflexiones
El Consejo de la Magistratura emplazado a reformarse
La Ley de Medios Censurados
Ley de Reforma Política, Otro Proyecto a la Medida de las Necesidades del Poder de Turno
Juicio a la Nueva Corte Suprema (2003-2009)28
Más sobre la vergonzosa “Resolución 158/07”, de la Procuración General de la Nación
Responsabilidad jurídica por quiebra material, institucional y defensiva de una nación
Comisión Pro-Bono afianza su compromiso con la comunidad
Carta Abierta
Declaraciones Públicas
 


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N° 28.581 ISSN 0325-8955

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  El Consejo de la Magistratura emplazado a reformarse
Autor: Enrique V. del Carril
  consiguiente sucesión de gobiernos militares de facto seguidos de democracias débiles, socavó la estabilidad de los jueces –y de la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación- y desacreditó el sistema de designación por los órganos políticos electorales. Los gobiernos militares en general removían a jueces sin formarles juicio político y cuando se producían vacantes las cubrían con candidatos, en la mayoría de los casos provenientes de las filas de la Justicia, sin que contaran con el acuerdo del Senado lo cual traía como consecuencia que, reinstaurada la democracia, estos jueces se veían sometidos al examen del Senado con las consiguientes remociones producidas también por el solo hecho de negarles el acuerdo.

De esta forma no se sabía cuales eran las razones por las que se removía a jueces, ya sea en períodos de facto como en gobiernos democráticos, porque en la generalidad de los casos no se les formaba juicio para acreditar alguna causal de destitución. Los argentinos nos acostumbramos a la inestabilidad judicial y cuando se reinstauró la democracia en 1983 era un valor entendido que los jueces no tenían estabilidad.4

Lamentablemente la experiencia de la aplicación del sistema americano en el período 1983-1994 no fue buena. Las sesiones en que el Senado trataba el acuerdo de jueces pasaba desapercibida ya que no se realizaba en audiencias públicas. También debe reconocerse, la ciudadanía no se esforzó por reclamar la publicidad del debate ni tuvo una preocupación especial hasta la iniciación de la década del noventa donde comenzaron a escucharse reclamos públicos de transparencia y críticas al sistema de designaciones y remociones porque se consideraba que las influencias político partidistas llevaban a negociaciones de todo tipo entre los partidos tendientes a ubicar en la magistratura a personas que, muchas veces, no tenías los méritos para ocupar tales cargos.

Las experiencias provinciales, en muchos casos, eran diferentes y existían casos donde se habían creado órganos asesores o Consejos de la Magistratura que limitaban las facultades de selección de los Poderes Ejecutivos. Esos sistemas contribuyeron a darle más estabilidad a la magistratura en aquellas provincias.

Por otra parte, la ineficiencia del sistema judicial y la escasa vocación de nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación para asumir su rol de cabeza del Poder Judicial contribuía a la sensación de que debía encontrarse una forma de administrar el sistema judicial mediante la instauración de organismos especializados a fin de que los jueces se avocaran a su función jurisdiccional. Este aspecto del problema era resultado de un nuevo enfoque del problema judicial que se había instaurado en la Argentina a fines de la década del setenta por la acción del Foro de Estudios sobre Administración de Justicia (FORES) consistente en resaltar la importancia del enfoque administrativo del servicio de Justicia. Se insistía en que los congénitos problemas de la Justicia como son la lentitud, la falta de inmediación y etc. dependían menos de reformas procesales que de la adopción de criterios

4 En 1983, recién instaurado el gobierno democrático, el Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia (FORES), llevó adelante una campaña tendiente a asegurar la estabilidad a todos los jueces y remover por medio del juicio político a aquellos que hubieran incurrido en las causales de destitución prescriptas en la Constitución Nacional. Lamentablemente no se siguió esta opinión aunque en algunas provincias como Córdoba se respeto en gran medida la estabilidad.
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