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EL “ESTADO DE DERECHO” HA DESAPARECIDO DE VENEZUELA Autor: Emilio Cárdenas |
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Los magistrados venezolanos, en su funcionamiento, deben enfrentar poco respetuosas “intromisiones” constantes desde los otros poderes del Estado, incluyendo las del propio Hugo Chávez y operar con algunos graves problemas sistémicos, aún sin resolver.
Las interferencias sobre la acción de los jueces y fiscales y sus nefastas consecuencias
La justicia venezolana es utilizada por Hugo Chávez a la manera de Cuba, esto es como instrumento ideológico y no como baluarte independiente del sistema democrático, lo que es bien distinto.5 Por esta razón, no es para nada sorprendente que la “Misión” de la IBA haya concluido que en la Venezuela de Chávez existe “falta de independencia e imparcialidad en la administración de justicia”, lo que es gravísimo por todo lo que significa e implica, particularmente respecto de los derechos humanos y las libertades civiles y políticas esenciales de los venezolanos.6
5. En oportunidad de la apertura del año judicial 2006, el 26 de ene ro de ese mismo año, un número no determin ado de jueces que había concurrido a la ceremoni a respectiva coreó in sisten temen te consignas favorables a Hugo Chávez, en actitud “proselitista” que nada tiene que ver con la “majestad de la justicia”, ni , men os aún, con su imagen de in depen den cia. El propio Chávez, despreciando el respeto que cabe a los juzgadores, el 25 de marzo pasado declaró que “nin gún juez puede estar y actuar a espaldas de la revolución y del líder de la misma”, lo que es in creíble.
Como advierte la “Misión” en su Informe, “no puede existir independencia judicial con funcionarios del Sistema de Justicia o Poder Judicial mismo, iden tificados, presionados, dirigidos, o controlados por influencias externas, por proyectos políticos o por los propios líderes de los mismos”. Así de claro. Allí y aquí. Por lo demás, hay asimismo in terferen cias constantes en la administración de justicia. No solamente a través de las actitudes intimidatorios y ataques personales propios de este tipo de regímenes, sin o de la destitución y remoción de jueces sin procedimientos, ni debido proceso legal, por el simple motivo de haber
tomado decisiones que se interpretan como “contrarias a los intereses del Estado”. Hay tres casos que son emblemáticos: (i) el de los magistrados de la Corte Primera de lo Contencioso-Administrativo, destituidos por un presunto “error” inexcusable en una de sussentencias. Los destituidos han llevado su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que lo admitió, aunque aún no lo ha decidido; (ii ) el de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que, luego de haber decidido un caso vinculado con el impuesto a la renta, fue acusada de haber “usurpado” funcione s de otro poder del Estado; y (ii ) el caso de la Jueza Alcy Viñales, del estado de Yaracuy, que liberó al ex Gobernador Eduardo Lapi, disgustando a Chávez,
que lo considera su enemigo.
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