REFLEXIONES
LA DES(PROTECCIÓN) DEL CRÉDITO
LA INDEPENDENCIA JUDICIAL PROTEGE LOS DERECHOS DE LOS CIUDADANOS
EL “ESTADO DE DERECHO” HA DESAPARECIDO DE VENEZUELA
ALGUNAS NOTAS RESPECTO DEL ARBITRAJE INTERNACIONAL
EL DOMINIO DE LOS HIDROCARBUROS Y LA LEY 26.197
LA EXPORTACIÓN AGROPECUARIA Y LA PROBLEMÁTICA DE LOS PRECIOS DE TRANSFERENCIA
LOS CONVENIOS CONTRA LA INTERFERENCIA ILICITA EN LA AVIACION CIVIL INTERNACIONAL
DECLARACIONES PUBLICAS DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
 


Director de La Revista:
Dr. José A. Martínez de Hoz (h)

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N° 28.581 ISSN 0325-8955

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  EL “ESTADO DE DERECHO” HA DESAPARECIDO DE VENEZUELA
Autor: Emilio Cárdenas
  En materia social, las necesidades de Venezuela son todavía desesperantes. Hasta no hace mucho, ellas parecían estar desatendidas. Algunas estrategias inovadoras en materia de salud, alimentación, y educación parecen haber alcanzado resultados interesantes aunque en un ambiente de populismo absolutamente desmedido que, habiendo generado un déficit fiscal importante, augura posibles explosiones sociales sin precedentes.

La Constitución como “traje a medida”

Chávez, recordemos, a poco de hacerse -por primera vez- del poder a través de las urnas (su asonada militar anterior terminó en el fracaso), reformó la Constitución de Venezuela. Esto sucedió en 1999, imponiendo cambios institucionales de alguna magnitud. Entre ellos, cabe destacar la eliminación del carácter “no deliberante y apolítico” de las Fuerzas Armadas, transformándolas en una verdadera oligarquía autónoma, en una suerte de país dentro de otro, y confiriéndoles derecho de voto, y hasta -curiosamente- algunas inexplicables facultades de policía administrativa.

A los tres poderes clásicos de las estructuras típicas de las democracias Chávez adicionó otros dos: (i) el Poder Electoral y (ii) el llamado Poder Ciudadano, que está conformado por el Fiscal General, el Consejo Moral Republicano, el Defensor del Pueblo y el Contralor General de la República. Todos ellos, que deben presuntamente “prevenir, investigar y sancionar los hechos que atenten contra la ética pública y la moral administrativa” hoy son, en rigor, funcionarios que, como los de los cuerpos electorales, parecen responder mansamente a Hugo Chávez y comer de su mano.

El Poder Legislativo es unicameral, luego fácilmente controlable.
Pese a ello, Chávez está reformando, una vez más, la Constitución de su país, lo que esta vez, cabe presumir, logrará a través de un proceso que culminará con un referéndum aprobatorio, el que sería convocado con la mayor premura posible. Esto es, sin requerir una Asamblea Constituyente, ni tampoco mayorías especiales, como es frecuente en trámites de la entidad de una reforma constitucional de la envergadura de la proyectada por Chávez, que alterará -en su esencia- el sistema económico-social mismo de la nación.
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