Reflexiones
El caso María Belén Rodríguez
El encubrimiento
Nuevo Código Procesal Penal: Advertencia y breve comentario
Terrorismo islámico. La Argentina incumple Convenciones Internacionales. Cosa juzgada irrita
El "contrato de larga duración" en el nuevo Código Civil y Comercial
Compromiso de Buenas Prácticas Pro Bono. Un hito más en el camino
Declaraciones
 


Director de La Revista:
Dr. José A. Martínez de Hoz (h)

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N° 28.581 ISSN 0325-8955

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Reflexiones

  A poco de comenzar el año 2015 en curso, se expuso con toda crudeza la enorme crisis institucional y de valores que afecta al país, y un notorio agravamiento de la falta de confianza de la ciudadanía en el Poder Judicial, en la policía y en los cuerpos de investigación científica. Me estoy refiriendo a la muerte violenta del fiscal Nisman.

Es un hecho inéditamente grave por una serie de circunstancias:

(i) Es la primera vez que un fiscal de la Nación muere violentamente en circunstancias que siembran fuertes sospechas de un asesinato.

(ii) Ello ocurrió en vísperas de su presentación personal ante el Congreso de la Nación donde daría explicaciones acerca de sus acusaciones contra altos funcionarios del Gobierno Nacional, incluyendo la misma Presidente y el Ministro de Relaciones Exteriores, por su actuación relacionada a la firma del memorándum de entendimiento con Irán sobre la investigación por el atentado terrorista a la AMIA.

(iii) Las desafortunadas intervenciones de la Presidente por la cadena nacional de radiodifusión en un rol ajeno a su investidura, con argumentaciones contradictorias entre una y otra que generaron desconcierto.

(iv) La grosera ineficiencia investigativa de los cuerpos policiales, técnicos y científicos y de la propia fiscal a cargo del caso.

(v) El patético curso que tomó la causa judicial caracterizado por una guerra entre las partes que desbordó a los medios de difusión.

(vi) La evidente campaña impulsada desde el oficialismo para desvalorizar la imagen del fiscal, antes que resolver el enigma de las circunstancias de su muerte, e identificar en el caso de un homicidio, a sus autores.

(vii) El oportunismo –poco destacado por los medios de difusión- de muchas de las partes y actores en esta tragedia, y otros que se sumaron a la ola de indignación, que no vacilaron en formular toda clase de acusaciones cruzadas u ocupar posiciones de notoriedad, olvidando que no hace demasiado tiempo fueron “aliados” o “asociados” en asuntos judiciales y de inteligencia con quienes pasaron a denostar.

(viii) Las inexplicables marchas y contramarchas, -agravados por una catarata de trascendidos a los medios de difusión-, de la tarea de investigación de los equipos forenses y técnicos.
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