Reflexiones
El Fallo "Grupo Clarín": el derecho de propiedad y los derechos adquiridos
La presunción de inocencia y el delito de lavado de dinero
La aplicación de la Convención de Nueva York sobre reconocimiento y ejecución de sentencias arbitrales extranjeras por parte de los tribunales de América Latina
Reflexiones sobre el fallo de la Corte en la ley de medios
La vigencia de las facultades delegadas por la Ley 20.680 de abastecimiento
Estudios del comportamiento. Psicología del litigio. Importancia y aplicación ante la hipótesis de conflicto
Abogacía Pro Bono desde el CACBA: ahora, los socios de nuevo
Declaraciones Públicas
 


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N° 28.581 ISSN 0325-8955

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  Abogacía Pro Bono desde el CACBA: ahora, los socios de nuevo
Autor: Juan Pablo Vigliero
  batacazo en épocas de abundancia; el coraje de la independencia; la generación todo terreno de relaciones personales; la capacidad de iluminar el camino a otros y motivarlos a atravesar sus propias limitaciones; la creatividad, la innovación, el inconformismo que llevan a imponer nuevos paradigmas en el ejercicio de la abogacía; la visión para detectar lo que otros pasan por alto o subestiman; el esfuerzo necesario para dotarse de la cuota de confianza en sí mismos; en definitiva, un socio es un líder, es alguien que “hace llover”.

El memorioso Martín Böhmer recordaba días pasados, en un Curso de Ética Profesional en la Universidad de Buenos Aires al cual religiosamente nos invita cediéndonos clases para difundir nuestra actividad, los orígenes de la CPB. Nos situó entre los años 2000 y 2001, ilustrando sobre cómo la profunda crisis económica de entonces mantenía a gran parte de la abogacía corporativa cruzada de brazos y cómo ese ocio forzado se transformó en una fuerza arrolladora con los primeros desembarcos de la práctica pro bono, que llegaba -para quedarse- de la mano de colegas neoyorquinos. Chile y Argentina fueron las cabeceras de playa de un movimiento que se fue esparciendo hacia muchos rincones de Latinoamérica. Efectivamente, fue el impulso decidido, pero sobre todo comprometido, de un selecto grupo de socios de reconocidos Estudios que integran nuestro querido Colegio, el que empujó, organizó y consolidó las bases de la CPB. Era un raro privilegio observar, según cuentan, a estos socios, a estos personajes inalcanzables cuya dedicación horaria estaba lejos de los bolsillos ordinarios, sumergirse ellos mismos, sin límite horario y sin percibir un solo centavo, a evangelizar a sus consocios, a sus asociados y empleados, y a los colegas de la competencia para subirlos a bordo de la Abogacía Pro Bono. Estos actores de lujo, competitivos y perfeccionistas naturalmente, soldaron a fuego los cimientos de lo que hoy en día es la CPB, generando el documento fundacional (Declaración del Trabajo Pro Bono para el Continente Americano), su lugar institucional dentro del Colegio y las normas de funcionamiento.

Y la bola comenzó a rodar. La red de la CPB ha sumado 19 Estudios que representan a centenares de Abogados. La CPB ha batallado judicialmente, con éxito, en casos de interés público (vgr. exigencia de transparencia política en el H. Senado de la Nación, cumplimiento del cupo para contratar personas con capacidades disminuidas en la C.A.B.A., instalación de rampas en colegios públicos y privados porteños, acceso a la información pública referida a datos de un gobierno extranjero). En el campo de las
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