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El Memorandum de Entendimiento con Irán sobre el caso AMIA. Comentarios preliminares Autor: Emilio J. Cárdenas |
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En el transcurso de la audiencia (que podría tener más de una sesión) cada parte, conforme a lo acordado, tiene derecho “a dar explicaciones”, así como “a presentar nueva documentación”.
6) Entrada en vigencia. Conforme a lo oportunamente acordado, el Memorandum, para poder entrar en vigencia, debe ser ratificado o aprobado por “los órganos relevantes de cada país, ya sean el Congreso, el Parlamento u otros cuerpos”, “de conformidad con sus leyes”. Además, las partes deberán intercambiarse “nota verbales”, informando en ellas que los requisitos internos para la aprobación o ratificación del Memorandum han sido cumplidos. Lo que al tiempo de escribir esta nota, no ha ocurrido, al menos por parte de Irán.
La reacción de cada parte, luego de la suscripción del acuerdo, fue absolutamente diferente.
La Administración Nacional argentina lo envió a “tambor batiente” al Poder Legislativo, para su ratificación. La logró, abusando de la mayoría de que dispone, sin tener en cuenta (ni conmoverse) por la ola de críticas que se levantó en todo el arco opositor. Y en la propia comunidad judía de la Argentina. Cabe presumir que el insólito apuro argentino tuvo que ver con el temor de las autoridades responsables de haber suscripto el acuerdo, de lo que pudo haber sido el impacto de toda suerte de reacciones adversas generadas por el Memorandum con el paso del tiempo.
Irán, en cambio, “arrastró los pies”. Como si no hubiera tenido el menor apuro en la entrada en vigencia del acuerdo. Cuatro meses después de su suscripción, la embajada de Irán en Buenos Aires informó sorpresivamente que la aprobación de lo convenido no había estado a cargo del Parlamento iraní (como se suponía), sino del propio presidente del país islámico, esto es de Mahmoud Ahmadinejad. Esto supone que, en la visión iraní, no estamos -en rigor- frente a un tratado, sino a un “Executive Agreement”, de menor jerarquía y mucho mayor vulnerabilidad.
Si la ratificación presidencial era suficiente, la demora ocurrida es altamente llamativa. Por lo demás, que haya sido Ali Pakdaman, el deslucido encargado de negocios de la representación diplomática iraní en Buenos Aires quien hiciera pública la aprobación de su país parecería quitarle relevancia al delicado acuerdo alcanzado con la Argentina. Antes de que existiera la “nota verbal” en manos de nuestra Cancillería, lo que es toda una desprolijidad. Típica de Irán.
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