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Juicio a la Nueva Corte Suprema (2003-2009)28 Autor: Horacio M. Lynch |
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Cuando Kirchner comenzaba con sus reemplazos, un grupo de ONGs le propusieron que se „auto limitara‟ en los nombramientos, sugiriendo que consultara previamente sus propuestas con la ciudadanía. Esta iniciativa se plasmó en el Decreto No. 222/03 y le permitió disimular su embestida con un barniz de calidad institucional. Anunció además que nombraría a juristas impecables, cumplidores de sus obligaciones impositivas y previsionales (antes había anunciado que “los evasores terminarían con un traje a rayas”, eufemismo de enviarlos a la cárcel). El primer propuesto fue Zaffaroni, pero su nominación causó revuelo pues, junto con sus brillantes pergaminos académicos, exhibía una actuación judicial desconcertante y algo escandalosa - lo contrario de la previsibilidad y prudencia del juez - además de mostrar una cuestionada actuación como magistrado durante el Proceso pues en momentos tan difíciles, registra 44 pedidos de licencia por obligaciones académicas (y dos sanciones del superior). Y, sorprendentemente, se reveló que era absolutamente „virgen‟ en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales y provisionales, pues nunca había abonado nada.
Ninguna de estas tachas disuadió a Kirchner y su actitud fue el certificado de defunción del D. 222/03 pues en la primera prueba violó sus premisas.
Luego, los nuevos designados por Kirchner (Zaffaroni, Highton, Argibay y Lorenzetti) demostraron no ser tan maleables como pensaba por lo que - a mediados de 2005 - ante nuevas vacantes por la renuncia de Belluscio, el Presidente no producía los nombramientos, incumpliendo con su propio decreto que le obligaba a proponer reemplazantes en 30 días. Luego ocurre una segunda vacante con la remoción de Boggiano y continúa sin nombrar. Cuando el reclamo aumenta, llegó otra idea „salvadora‟: se le propone a su esposa, la entonces Senadora Cristina FERNANDEZ DE KIRCHNER reducir a cinco el número de ministros según se produjeran las vacantes por causas naturales. La ley 26.183, finalmente dictada, convirtió nuevamente a una actitud antirrepublicana - no designar - en algo loable: reducir la cantidad de ministros.7
2.3 Pecado de origen de la nueva Corte
El país, olvidándose de las formas, estuvo de acuerdo con lo actuado. Si bien la nueva NCSN no es responsable de las vicisitudes del recambio, nació con una capitis disminutio, con el hándicap negativo, y es por eso que se les debe pedir más para compensar. De la misma forma, tendrán un gran reconocimiento si renuevan a esta institución. Los nuevos integrantes son juristas con trayectoria y con buena imagen. De los que permanecieron en la Corte algunos habían sido muy cuestionados por épocas (Belluscio sobrevivió dificultosamente a un juicio político, Fayt fue denunciado cuando compraba inmuebles para la Justicia, y Petracchi acusado por Carrió). El mismo Zaffaroni había patrocinando una denuncia contra Boggiano y Fayt por coimas. Sólo Maqueda queda a salvo (sin mencionar que fue designado por un presidente interino). De todas formas se consolidó en el imaginario popular la sensación de que se ha ganado en calidad institucional (olvidándonos, como siempre hacemos los argentinos, de cómo se lo hizo) aunque en las encuestas la imagen de la Justicia continúa en picada. Ahora hay coincidencia ideológica y coherencia (con las salvedades que más abajo consigno), pero en muchas causas difíciles tienen opiniones contradictorias. Su dedicación es
34 No comparto que sea esto positivo, pues no considero – y lo he escrito - que los problemas del Alto Tribunal se solucionen cambiando el número de ministros; por el contrario creo que es una falacia que demuestra la magnitud de errores de enfoque. No está demostrado que sea mejor. En cambio, en los EE.UU. luego de probar muchas variantes, finalmente se quedaron con nueve. |