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REFLEXIONES Autor: Nota del Director |
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El otro episodio compromete nuevamente la independencia del Poder Judicial. En el número anterior de esta revista habíamos expresado ciertos temores de que la nueva ley que había modificado la composición del Consejo de la Magistratura para darle mayor peso al poder político,
podía redundar en la utilización de este órgano para presionar a los jueces. Lamentablemente, este cambio confirmó que cuando se acumula poder, ello se hace para ejercer esa mayor cuota de poder, lo que ocurre generalmente a expensas del equilibrio de poderes que establece nuestro ordenamiento constitucional.
En este caso, insólitamente hemos visto como uno de los jueces que investigan el caso Skanska, en donde se encuentra involucrada la responsabilidad de altos funcionarios de gobierno, se ha visto obligado a pedir una licencia para preparar su descargo por un pedido de juicio
político planteado ante el Consejo de la Magistratura por no haber denunciado la “visita” de dos agentes de la SIDE en un presunto intento de condicionar su actuación. Huelgan los comentarios.
Poco antes de esta situación, también asistimos al ataque público al cual el Sr. Presidente de la Nación sometió a la Cámara de Casación Penal y en particular a alguno de sus integrantes con motivo de la tramitación de causas contra ex-oficiales de las fuerzas armadas inputados de delitos ocurridos en el contexto de la represión al terrorismo en los años ’90.
Las palabras del Sr. Presidente de la Nación exigiendo que se apuren los mencionados juicios y diciendo en referencia a la Cámara de Casación que “se que van a proceder”, o las expresiones del Ministro del Interior que dirigiéndose al presidente de la Cámara de Casación le dijo: “Señor Juez, hágale un favor a la patria, renuncie, váyase”, ciertamente constituyen una intromisión inaceptable en la actuación del Poder Judicial. |