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CERTIFICACIÓN PROFESIONAL Por Carlos Dodds
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1. Marcado deterioro de la Educación Universitaria
Desde hace ya largo tiempo, la Argentina se ha sido testigo pasivo de un marcado deterioro de la educación universitaria. Si bien ese deterioro es asimétrico, todas las universidades de nuestro País han caído en un nivel general de enseñanza de regular a pobre. Obviamente, las facultades y escuelas de Derecho no son la excepción a esta grave crisis educativa. La crisis de la educación legal ofrecida por universidades de larga trayectoria se ve amplificada por el inquietante crecimiento en número de escuelas de derecho, inclusive sucursales de éstas, que evidencian enorme precariedad académica y una notoria vocación para otorgar títulos habilitantes de la profesión de abogado a alumnos que carecen de una adecuada y mínima capacitación. Asimismo, se advierte que casi todas las escuelas de derecho en búsqueda de clientes sponen al descubierto sin pudor alguno sus claros objetivos facilistas, comerciales o político-sectoriales, lo que se traduce en definitiva en una educación legal muy pobre y, consecuentemente, en graduados no aptos para ejercer la profesión de abogado.
La crisis educativa reseñada precedentemente acompañada de la severa crisis ética en la que se ha sumergido la sociedad Argentina tiene una dependencia directa con la profunda crisis en la que ha caído el Estado de Derecho y el sistema Republicano de nuestro País.
Por esto, no nos sorprende que el gobierno nada haga por mejorar la exigencia académica de la enseñanza universitaria y revertir el deterioro señalado. Por el contrario, el gobierno demuestra una clara vocación de facilitar el ingreso y el egreso de las universidades y de llevar a los niveles más bajos posibles los estándares profesionales.
La sociedad en breve encontrará sólo decepción ante un cuerpo profesional sin preparación, que no podrá defender |