Reflexiones
EL NUEVO CONSTITUCIONALISMO Y EL DERECHO ADMINISTRATIVO
CONTRACULTURA
LA SANCIÓN DE CADUCIDAD DE LAS CONCESIONES DE EXPLOTACIÓN DE HIDROCARBUROS
EL ACTA DE MISIÓN EN EL NUEVO REGLAMENTO DE ARBITRAJE DE LA CCI, 2012
EL DERECHO DE PROPIEDAD, EL PATRIMONIO ARQUITECTONICO Y LOS INCENTIVOS PARA SU PROTECCION
Mediación prejudicial: evaluaciones pendientes
Declaraciones Públicas
 


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Dr. José A. Martínez de Hoz (h)

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N° 28.581 ISSN 0325-8955

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  CONTRACULTURA
Autor: Mariano F. Grondona
  que ya el Estado no cumple, si no convienen: contratos de préstamo, de concesiones, de obra pública; su cumplimiento es opcional, en la nueva cultura. Tampoco la seguridad jurídica, la estabilidad de las normas y el cumplimiento de las expectativas, son valoradas hoy. Lo mismo puede decirse de la información pública: solo se entrega, si es útil para elogiar la tarea de gobierno. Y se llega a alterarla para que se ajuste a los deseos voluntaristas de los gobernantes. Las indemnizaciones por expropiación, como se ha enterado Repsol, no son ni previas ni completas, pues podrían ser un obstáculo en la marcha contracultural. Los delincuentes son víctimas, mientras quienes padecen el delito tienen una sensación que no conviene ventilar. Quienes protestan, aunque lo hagan contra el gobierno paradójicamente anarquista, pueden ser ciegos a los derechos ajenos, porque no es revolucionario criminalizarlos, aunque las normas lo hagan. El Poder Judicial está para convalidar la marcha contracultural, lo mismo que los legisladores y los gobernadores: todos alineados es la forma segura de avanzar. Pues no debemos creer mas que los contrapesos de poderes, ni los plazos son beneficiosos; se trata mas bien de agentes del conservadorismo que detienen el progreso cultural.

No creo haber exagerado. Es lo que vemos todos los días y es además lo que dicen los políticos del momento y sus pensadores o difusores. No hay misterios. Se trata de un golpe cultural manifiesto. Que tiene un aire juvenil y revolucionario, que atrae a muchos descontentos.

Pero se trata, en definitiva, de un verdadero engaño. Pues no hay una alternativa racional a los contratos, a la propiedad, a la información, a los controles institucionales. La alternativa es el poder absoluto, que nunca trajo bienestar, ni honestidad, ni progreso.

La Revolución Cultural de Mao es un ejemplo malo de contracultura, como lo fueron los inicios de la Revolución Francesa. Y no vemos que Venezuela o Ecuador, estén hoy mejor que Chile, Uruguay o Brasil, por citar algunos ejemplos actuales y cercanos. La ilusión de que podemos progresar sin instituciones claras y firmes, no resiste el despertar del sueño revolucionario.

La contracultura K no es, en definitiva, una cultura alternativa viable. Es solamente una crítica y un ataque radical a lo que está, no para mejorarlo, sino para abolirlo y llevar a los ciudadanos al desierto, al desamparo, frente a quienes la proponen para quedarse con un poder sin límites que no conviene a nuestra sociedad, ni a ninguna otra.
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