Miércoles, 21 de Marzo de 2007

Se celebró el Día del Abogado

Se ofreció una misa en la Basílica Nuestra Señora del Socorro, a cargo del padre Alejandro Bunge acto que finalizó ese mismo día en la sede del Colegio Presidió el acto, el titular del Colegio, doctor Enrique del Carril, quien estuvo acompañado por el Vicepresidente, doctor Alberto D. Q. Molinario, el Secretario, doctor Guillermo Lipera y el doctor Julio César Otaegui. Estuvieron presentes los expresidentes del Colegio, Dres. Roberto Durrieu, Carlos S. Odriozola, Rafael La Porta Drago, Ernesto O’Farrell y Pedro E. Aramburu. Al finalizar el acto, se ofreció un cocktail.


Palabras del Dr. Enrique del Carril

Palabras del Dr. Enrique del Carril
¿Por qué se ha elegido la figura de Alberdi para que festejemos el Día del Abogado? Hay muchos abogados de su talla en nuestra historia, como Belgrano, como Vélez Sarsfield; entonces ¿por qué Alberdi? La respuesta que yo me doy es que la vida de Alberdi reúne las tres condiciones básicas de un auténtico abogado. Fue en primer lugar un apasionado de la profesión, y la ejerció con éxito en Chile. Fue un humanista, y los abogados somos y debemos ser humanistas, no somos ingenieros legales conocedores de reglamentos y leyes, sino que la materia prima con que trabajamos son conductas humanas. Y por último Alberdi tenía un vivo interés y una preocupación innata por el bien común y por el funcionamiento de nuestras instituciones. Por eso Alberdi hizo política, pero política en el pleno sentido de la palabra, aunque no perteneció a ninguno de los partidos de entonces, ni ejerció cargos públicos.

Este es el mensaje que nos deja Alberdi, a los abogados individualmente y a las asociaciones que integramos. Creo que es desde este punto de vista y desde estas tres virtudes que tenemos que dar una mirada a nuestro Colegio. Hemos cumplido con uno de sus mandatos, llevando en la tradición del Colegio la defensa de las libertades en general y de las libertades de los abogados en particular. Muchos son testigos de su lucha cívica y de su lucha por la libertad en el ejercicio de la abogacía.

Hoy asistimos a una respuesta correcta de nuestra Institución, ya desde hace varios años, frente al desafío de la colegiación obligatoria en nuestra ciudad. El Colegio siempre fue una voz clara en la defensa de las instituciones de la república. A pesar de la colegiación y concurrente con ella, ha mantenido el principio de libre ejercicio de la profesión, representando a quienes libremente adhieren a sus principios. Prueba de ello es la lista de prestigiosos estudios jurídicos que hoy nos acompañan y que apoyan nuestro trabajo. Creo que esta lista nos ayuda, porque de alguna manera nos honra y nos obliga a cumplir con nuestra función. Y además es un llamado para que sepamos que el Colegio necesita de la colaboración de todos.

Siguiendo el ejemplo de Alberdi el Colegio hoy está comprometido, primero a defender las instituciones no sólo con palabras sino con la acción, en estos momentos en que nuevamente nos amenaza el despotismo y el unicato. El Colegio ha iniciado varias acciones de inconstitucionalidad, y en el Directorio que me precedió, presidido por el Dr. Durrieu, se creó la Comisión de Defensa de la Constitución, que está activa en este cometido de ir más allá de las palabras, sino también ir a la acción.

El Colegio, en su segundo cometido, propende al mejoramiento del ejercicio profesional. También en el Directorio anterior se reformó el Código de Ética, se lo modernizó y se lo puso a disposición de los socios. En nuestra gestión hemos creado el Comité Consultivo de Ética para que los socios puedan tener un faro, un conocimiento sobre los problemas conflictivos que se presentan en el diario ejercicio de la profesión. También el Colegio está empeñado en la formación de abogados, hemos creado una comisión en este sentido y tenemos un proyecto de certificación profesional, que está en estudio en estos momentos. Y en cuanto a la formación humanista, son nuestros jóvenes los que nos han dado el ejemplo al haber formulado programas, de filosofía y algunos otros, que estamos llevando adelante.

Creo que de esta manera estamos respondiendo a esa triple dimensión que nos marca Alberdi: el ejercicio de la profesión, la preocupación por las instituciones y la formación humanista de los abogados. Hoy queremos honrar en este acto a aquéllos que tienen más años que nosotros en la profesión, que han acompañado al Colegio durante tantos años y que son un ejemplo para nosotros en la forma como han ejercido la profesión. Muchas gracias.

Palabras del Dr. Julio César Otaegui

Palabras del Dr. Julio César Otaegui
Señor presidente del Colegio, señores ex presidentes, señores directores, señoras y señores asociados, señoras y señores colegas. Este Día del Abogado es una ocasión propicia para evocar al patrono del Colegio, Juan Bautista Alberdi y a su obra, la Constitución. Y es también propicia para resaltar, para reseñar la actuación del Colegio en defensa de la Constitución durante el año transcurrido. La celebración del Día del Abogado es también oportuna para rearmar el principio rector de la abogacía, que es la ética.

Nuestro patrono Juan Bautista Alberdi, sin ser constituyente plasmó las bases de la histórica constitución de 1853 en tres obras fundamentales: Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina aparecida en 1853 -año de inexión en nuestra historia-; El Derecho Público Provincial, complementario de la anterior según decir del mismo Alberdi, y finalmente El sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina, publicado en un año crítico con motivo de la secesión de la provincia de Buenos Aires, enfrentada a las trece provincias confederadas.

Alberdi en las Bases no sólo sentó un principio sino que dio un proyecto de constitución que, en definitiva, fue el seguido por los constituyentes del 53. Ese proyecto tiene las dos recordadas partes, la primera “Declaraciones, derechos y garantías” (él las llamó Principios, Declaraciones y Garantías), y la segunda parte referida a las autoridades de la nación. En esto hay un mensaje trascendente: primero el hombre y después el Estado, el Estado es para el hombre y no el hombre para el Estado. Los funcionarios públicos de todo rango, del mínimo al máximo, deben estar al servicio de los ciudadanos y habitantes, y no servirse de ellos, porque éste es el camino de la corrupción, fatal para un país.

En la Primera Parte, Alberdi se refirió a la forma de gobierno, representativa, republicana y federal, sobre la cual volveremos más tarde. En esa primera parte, conforme a la idea que hemos señalado, Alberdi marcó los derechos fundamentales. El derecho a la libertad, es decir la facultad que tiene cada hombre de disponer de su destino; el derecho a la propiedad, el de tener bienes para hacer efectiva su libertad, porque la libertad sin propiedad es una falacia; el derecho a la seguridad, a saber, el derecho que tiene todo hombre de no ser privado arbitrariamente de su libertad, sin que medie una ley previa, sin que tenga derecho a defenderse o sin que sea juzgado dos veces por la misma circunstancia, seguridad que implica asimismo el derecho que tiene todo hombre a no ser privado de su propiedad mediante una conscación por parte del Estado.

Estos son los tres derechos fundamentales que plantea Alberdi, que no se agotan en sí mismos, en su forma expresa, sino que deben guardarse conforme al orden natural y al sentido común. Así, el derecho de la libertad tiene el obvio tope de la libertad ajena, no convalida conductas disvaliosas con el orden social, como pueden ser el incesto o la homosexualidad. El derecho a la propiedad tiene el tope de la propiedad ajena, y tampoco convalida conductas disvaliosas, como pueden ser abusar del trabajador, abusar del consumidor, depredar el ambiente. Y el derecho a la seguridad no se agota frente a las arbitrariedades del Estado, también abarca la seguridad del efectivo cumplimiento de los contratos; éste es el plano de las instituciones plasmadas por Alberdi. Todos estos derechos a su vez requieren un presupuesto, es decir, no hay libertad sin propiedad, no hay libertad ni propiedad sin seguridad. Y no hay libertad, ni propiedad, ni seguridad, si no se respeta un derecho implícito en la Constitución de 1853, incluido en ella aunque después haya sido explicitado en convenciones internacionales, y es el derecho a la vida; ésta es la primer parte del mensaje de Alberdi.

Alberdi plasma también la forma de gobierno, que es “representativa”. Es evidente que una sociedad necesita reglas para su adecuado funcionamiento, y que esas reglas deben ser dadas por los mismos miembros de la sociedad, y también es palmario que en sociedades populosas esas reglas sólo pueden efectivizarse, marcarse, mediante representantes. Y éste es un punto fundamental para la organización de la república, tal que cuando este principio no se cumple aparece el delito de sedición: el pueblo no delibera ni gobierna sino por medio de sus representantes. En orden a la forma de gobierno “republicana”, Alberdi se apartó del planteo parlamentarista europeo, en el cual en definitiva el parlamento es el sucesor del rey. El parlamento en muchas naciones europeas no permite a los jueces invalidar leyes que él dicta, y a lo cual muchas veces se ha tenido que buscar remedio a través del establecimiento de los tribunales constitucionales. Y en defensa del principio republicano, que es una barrera para la autocracia, aparece la clásica división de los poderes. Conforme a ello, el Poder Legislativo no puede delegar en el Ejecutivo la función de dictar las leyes y si así lo hiciera, incurre en el delito de traición. Asimismo la división de los poderes incluye el respeto a la independencia del Poder Judicial, cuya finalidad fundamental es tutelar la Constitución. Cuando estos tres principios se alteran, la república se perturba; éste es el mensaje de Alberdi, el mensaje de la primacía del hombre sobre el Estado, el mensaje de la división de los poderes cerrando el camino a la autocracia, y el mensaje de la independencia del Poder Judicial, que es la pauta fundamental de todo el sistema. Veamos ahora cuál ha sido la actuación del Colegio en defensa de estas reglas fundamentales de la Constitución.

El Colegio se ha pronunciado en forma inequívoca en orden a que el aborto es un homicidio, defendiendo así el derecho fundamental a la vida sin el cual los otros derechos son una pura falacia. Respecto del sistema representativo, el Colegio en sus declaraciones ha fustigado los insólitos desmanes que perturbaron la elección de Rector en la benemérita Universidad de Buenos Aires que lleva ya casi dos siglos de existencia, desmanes que están en el límite del delito de sedición.

Palabras del Dr. Julio César Otaegui

Los expresidentes Carlos Odriozola, Pedro E. Aramburu y Roberto Durrieu
En defensa de la forma republicana de gobierno, el Colegio se ha manifestado en contra de la laxitud con que se han regulado los decretos de necesidad y urgencia. No es por cierto que situaciones excepcionales no requieran remedios excepcionales, y así ocurrió antes de la reforma del 94 por parte de gobiernos constitucionales. Pero algo es que se dé una situación de excepción que conforme la regla, y otra cosa es que la excepción se convierta en regla, y una inadecuada regulación de los decretos de necesidad y urgencia traiga como resultado que el Presidente puede legislar sine die, dada la forma en que se redactó la norma que debía acotar la facultad y que en lugar de acotarla la ha extendido.

El Colegio se ha pronunciado en relación a la defensa del régimen republicano al objetar además la concesión de facultades extraordinarias al jefe de Gabinete para reasignar las contribuciones, para reasignar la distribución de los impuestos, cuando eso según la Constitución es una iniciativa propia de la Cámara de Diputados, que son los representantes del pueblo, los que deben decidir cuánto hay que recaudar y cómo hay que gastarlo. Y esto es viejísimo, no sólo está sólo en la Carta Magna que tuvieron los barones ingleses de su Rey, esto está en el viejo lema “ninguna carga sin Cortes”.

Entrega de distinciones.

Entrega de distinciones.
El Colegio también se ha pronunciado respecto de la falta de integración de la Corte Suprema, por cuanto afecta una función esencial de la Corte, que es la de interpretar la Constitución de acuerdo al espíritu y a las necesidades de los tiempos, y la interpretación que haga la Corte marca una senda para todo el Poder Judicial, no formalmente vinculante pero sí moralmente vinculante. Una Corte Suprema no integrada no puede tomar este tipo de resoluciones, ésta es una grave de?ciencia en nuestra organización actual.

También el Colegio se ha manifestado acerca del Consejo de la Magistratura, en cuya integración se ha quebrado el equilibrio previsto en la norma constitucional, por la preponderancia no diré ya de los poderes políticos, sino de los partidos, y esto afecta la independencia del Poder Judicial.

En cuanto a la forma federal de gobierno, ¿qué significaba en tiempos de Alberdi? Significaba una justa distribución de la renta nacional en todo el país, y era la respuesta a la puja entre el puerto y el interior, a la lucha entre porteños y provincianos. Esa justa distribución de la renta es el sustento y la razón del sistema federal y así lo dijo Alberdi en El sistema económico y rentístico, y se ve alterada en esta concesión de superpoderes al señor jefe de Gabinete, que podrá alterar a su criterio las decisiones que han tomado los representantes del pueblo, criterio que podrá ser acertado pero aún así se desborda al régimen.

Finalmente, el Colegio también se ha expresado sobre un tema urticante en nuestro medio, el tema de la corrupción que mencionamos al principio. El Colegio ha clamado por el indebido tratamiento que se ha dado al ataque terrorista a la AMIA, que es un supuesto de corrupción que afecta a la República. El fundamento de toda organización es la ética y es el fundamento precisamente de nuestra profesión, que bajo la anterior conducción del Colegio de Abogados se explicitó en las “Reglas de Ética”.

La ética que nos está diciendo a los abogados que el derecho es una ciencia que debemos cultivar para estar debidamente capacitados. Pero no sólo es una ciencia, el derecho es también una técnica que tenemos que aplicar en nuestro deber de asesores, conforme a la sapiencia que nos dan los estudios científicos. Pero por sobre todas las cosas, el derecho es el arte de lo bueno y de lo justo, y es en ese sentido que los abogados debemos practicarlo, para servir a nuestros semejantes y para servir a la sociedad. Ejerzamos el derecho, invocando como lo hicieron los constituyentes, la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia. Muchas gracias.

Galería de fotos - Día del Abogado

Distinciones

60 AÑOS EN LA PROFESIÓN

Dr. Hugo Caminos
Dr. Juan R. Aguirre Lanari
Dr. Horacio A. García Belsunce
Dr. Carlos Manuel Muñíz
Dr. Julio César Otaegui

50 AÑOS EN LA PROFESIÓN

Dr. Pedro Julio Agote
Dr. Ricardo Gustavo Azaretto
Dr. Alfredo Battaglia
Dr. Juan Carlos Berisso
Dr. Juan José Catalán
Dr. Adolfo Cuan - FALLECIDO EL 13/08/06
Dr. Julio Ernesto Curutchet
Dr. Jorge Raúl M Echague Cullen
Dr. Miguel A. Emery
Dr. Juan Carlos Fernández Aguirre
Dr. Domingo Martín López Saavedra
Dr. Francisco Carlos Lynch
Dr. Alejandro Jaime Mejía
Dr. Ernesto José Miqueo Ferrero
Dr. Adolfo Carlos Mugica
Dr. Alberto Luis Rimoldi
Dr. Jorge Ruíz
Dr. Carlos Schwarzberg
Dr. Roberto Ovidio Uriarte Rebaudi
Dr. Federico A. Vidal Raffo

60 AÑOS COMO SOCIO

Dr. José Domingo Ray

50 AÑOS COMO SOCIO

Dr. Andrés Julio Buey Fernández
Dr. Miguel Joaquín De Anchorena
Dr. Nestor José Elicabe
Dr. Miguel A. Emery
Dr. Carlos Abelardo Garber
Dr. Horacio César Madou
Dr. Rodolfo Martínez (H)
Dr. Adolfo Carlos Mugica
Dr. Jorge Ruíz
Dr. Isodor Ricardo Stezovsky
Dr. Miguel Niels Tarzia

30 AÑOS COMO SOCIO

Dr. Héctor Alegría
Dr. Alfredo Beccar Varela
Dr. Julián Arturo de Diego
Dr. Enrique Ernesto de Estrada
Dr. Guillermo Alberto Gibelli
Dr. Carlos Alberto Hubert
Dr. Sergio Alfonso Claudio Le Pera

Dr. Hugo Néstor Linares
Dr. Enrique Santiago Mantilla
Dra. Silvia Susana Miccio
Dr. Juan Javier Negri
Dr. Jorge Olivera Palacios
Dra. Fanny Order de Jaijel
Dr. Diego Pinkler
Dr. Enrique Alejandro Ramos Mejía
Dr. Marcelo Pablo Saravi Cisneros
Dr. Enrique Urquiola Serrano
Dr. Angel D. Vergara del Carril

25 AÑOS COMO SOCIO

Dr. Alejandro Allende
Dr. Guillermo Claudio Ambrogi
Dr. Roberto Emilio Begher
Dr. Osvaldo Carlos Bertelli
Dr. Mario Alberto Carregal
Dr. Roque Rodolfo Chimeri Sorrentino
Dr. José Octavio Clariá
Dr. Mario Alfonso De Ipola
Dr. Ricardo M. De Zabaleta Carreras
Dr. Abel Virgilio Dozo Moreno
Dr. Raúl Aníbal Etcheverry
Dr. Guillermo Alberto Fretes
Dr. Alberto Francisco Frola
Dr. Daniel Carlos L. Funes de Rioja
Dra. Beatríz S. González de Rechter
Dr. Adrián Francisco Javier Hope
Dra. Marina Lidia Iturbide
Dr. Jorge Ignacio Martorell
Dr. Carlos Jesús Melián
Dr. Oscar Alberto Orona
Dr. Adrián F. Pérès
Dr. Patricio Enrique Petersen
Dr. Gustavo Aníbal A. Sena
Dr. Luis Guillermo Suarez Herter
Dr. Jorge Nicolás Videla (H)
Dr. Emilio Nicolás Vogelius

Nómina de Socios fallecidos durante el último año

Jorge Antonio Aja Espil
Alfredo Matías Barry
Carlos Alfredo Cazenave
Julio Rodolfo Comadira
Adolfo Cuan
Alfonso Carlos de Laferrere
Edison Llordén
Federico Méndez Tronge
Jorge Miguel Pomiró
Nicolás Alfredo Ramallo
Jorge Enrique Rivarola
Eduardo S. Rosenkrantz
Raúl Medardo Vila Sánchez


La Hoja es una publicación del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires