JORNADA SOBRE SERVICIOS INFORMÁTICOS Y EXPEDIENTE DIGITAL

Palabras de apertura del Dr. Raúl Aguirre Saravia


Señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Dr. Ricardo Lorenzetti, señores miembros del Consejo de la Magistratura, señores camaristas, señores jueces de la Justicia Nacional y de la Ciudad de Buenos Aires, señores funcionarios y empleados judiciales; estimados consocios.

En nombre del Directorio del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires les doy la bienvenida a este acto de apertura de la Jornada sobre Servicios Informáticos y Expediente Digital.

Hace pocos meses se sancionó una ley que equipara el expediente electrónico con el físico en el ámbito del Poder Judicial de la Nación. La Corte y el Consejo de la Magistratura tienen a su cargo su implementación, y entendemos que las organizaciones de la sociedad civil deben apoyar en todo cuanto esté a su alcance esta iniciativa, para que se aplique con éxito. Los abogados, como auxiliares de la justicia, estamos llamados a adecuarnos a una gestión más ágil y transparente al servicio de los derechos de los ciudadanos.

La sociedad nos va a valorar mejor si somos agentes de cambio y no de resistencia. Los avances en materia informática, sin duda, encuentran en las facilidades tecnológicas un punto principal para el logro de este cometido. Sin embargo, consideramos que para impulsar el desarrollo sustentable de esta política, resulta primordial propiciar también el cambio cultural que le dé soporte. Este aspecto es central, y el resultado auspicioso al que aspiramos como conclusión de este proceso, debe involucrar a todos los sectores que conformamos la comunidad jurídica.

Vistos los relevantes avances que sin interrupción se van presentando en la materia, fue que propiciamos la realización de esta Jornada, como un canal que desde la abogacía coadyuve a la ponderación integral de este importante objetivo en la práctica de nuestra profesión.

Agradecemos la participación de miembros de la Cámara Civil y Comercial de la Nación, y de integrantes de la Comisión de Gestión de la Corte Suprema, que intervendrán en calidad de expositores. Muchas gracias, le cedo la palabra al Dr. Fargosi.

Intervención del Dr. Alejandro Fargosi



Buenas tardes a todos. Los que estamos acá, en mayor o menor medida (felices los que en menor medida), hemos conocido la Lexikon 80, la Remington y otras máquinas de escribir mediante las cuales ejercíamos la profesión, a través de las cuales se ejercía la justicia. No voy a abundar sobre el salto cualitativo que hemos dado desde esa época, pero sí es evidente que si quisiéramos cambiar de renglón dándole un manotazo a la pantalla de la PC no lograríamos mucho.
Ese cambio de paradigma tecnológico fue algo que circuló por internet durante algún tiempo, con aquel personaje que le pegaba al aparato para tratar de cambiar de renglón; es algo para tener muy presente. Porque la Ley 26685 nos abre una puerta hacia el futuro, pero solo nos abre la puerta, no nos empuja a través de ella. Nosotros estamos, de alguna forma, frente a esa puerta, tenemos una profesión ―los abogados, no aquellos que están acá presentes y que no lo son― que tiende a enseñarnos el valor de la estabilidad, el valor de la prudencia, el freno, la aprehensión al cambio por el cambio mismo.

Eso en momentos como este, en que desde mediados de la década del ochenta se han sucedido cambios brutales en nuestra actividad, puede de alguna forma tener un efecto negativo, en el sentido de que puede llevarnos a la conclusión equivocada de que se trata solamente de un asunto tecnológico, y no es así. Decía Carlos Cossio, el filósofo del derecho, que el derecho es la ciencia de las conductas en interferencia intersubjetiva. Siendo así, nada de lo que ocurra en el mundo del derecho es ajeno a la actividad humana, y por ende a la abogacía. Lo que pasa es que en este terreno en particular, prescindir de los expertos en informática, en materias organizacionales, hasta en arquitectura, en algo que tiene que ver con la organización del cómo, es sumamente peligroso. La Ley 26685 nos da una monumental oportunidad al encomendarle a la Corte y al Consejo de la Magistratura la reglamentación conjunta de esta materia, una oportunidad no común en la medida en que por primera vez los distintos sujetos actuantes en la materia judicial pueden reglamentar algo que por definición afecta a los distintos terrenos, repito, desde la arquitectura aunque parezca increíble (porque no es lo mismo una Mesa de Ayuda en tal lugar o en otro lugar), hasta la informática y el derecho.

Los aspectos a analizar son múltiples: reglas de acceso, autenticación, confidencialidad, disponibilidad, trazabilidad, conservación; si se monta un sistema de casilla de correo judicial y eventualmente un sistema electrónico administrado por el Poder Judicial; si esto va a ser obligatorio o no, y si va a ser un medio de comunicación sólo con la justicia y desde ella, o incluso entre profesionales o de profesionales con sus clientes. Además, la fórmula de contar los plazos; en fin, hay una infinidad de aspectos que tenemos que comenzar a estudiar, comenzar a hacer lo que comúnmente se denomina tormenta de ideas en procura de entender qué es lo que está pasando.

Nosotros, a partir de determinada edad para arriba, no somos nativos digitales, con lo cual hay una cantidad de temas que nos resultan, como mínimo, confusos y hasta incómodos. Porque no los dominamos naturalmente como sí los dominan nuestros hijos o nuestros nietos. Pero lo tenemos que hacer y de hecho las experiencias internacionales muchas veces nos indican que el camino es la obligatoriedad, la imposición del sistema. No hay muchas alternativas para algo que es un cambio tan sustancial; es sabia la Ley cuando introduce el concepto de lo gradual, porque tampoco se trata de poner patas arriba todo el sistema y convertirlo en un caos. Pero comenzando con la notificación y prosiguiendo hacia la obtención del resultado final, que es entrar en el siglo XXI, el desarrollo puede ser un éxito.

Ahora bien, no podemos negarnos a cambiar nuestra manera de ver la realidad. No podemos seguir con la pluma, que después reemplazamos por la tipografía y por la revolucionaria IBM, hasta que llegamos a la impresión en la computadora. Tenemos que cambiar la manera de representarnos la realidad. No estoy proponiendo el “twitteo” en materia judicial, pero sí que debemos plantarnos si todo aquello sigue siendo una respuesta adecuada a la demanda de la gente. Demanda que ya expresó muy bien Gracián hace varios siglos cuando dijo que “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.

Sin embargo, si reconocemos que la proliferación de medios técnicos, lejos de acortar los expedientes los han alargado, esto nos debe llamar la atención para que no vayamos a empeorar la situación. ¿A qué me estoy refiriendo? Cuando las pruebas se tenían que re-tipear, cuando no existía la fotocopiadora (he llegado a ver expedientes con pruebas tipeadas), había que analizar profundamente qué se adjuntaba como prueba, sobre todo en materia documental. Aún cuando aparecieron las fotocopias, si eran caras, se siguió el anterior procedimiento. Hoy en día se presenta fotocopia hasta de la cédula de identidad del portero del edificio, muchas veces como técnica dilatoria. Es decir, la sobreabundancia y baratura de medios técnicos, lejos de facilitar, en algunos casos ha complicado el proceso judicial, enterrando en una montaña de papeles la obtención del resultado buscado, que es la justicia.

Tenemos que evitar que se llegue al soterramiento de la justicia en una montaña de bits. El desafío que debemos imponernos es cambiar nuestra manera de ver la realidad, cosa bastante difícil a partir de determinada edad, lo admito, pero no nos queda alternativa, porque de lo contrario seguiremos en este estado lamentable de cosas, donde nuestra respuesta al público que es totalmente inocente, es que el sistema judicial tarda mucho, naturalmente. Y no puede ser así, porque hay algo que no tarda mucho, que es la vida, tenemos un plazo de vida determinado, los procesos no pueden ser eternos.

Termino así esta pequeña charla introductoria y les agradezco su presencia y atención.

Mesa Redonda: Los servicios informáticos en la justicia. Experiencias novedosas.

Moderadora Dra. Rosalía Silvestre, ex vicepresidenta del Colegio.

Dra. Silvestre

Buenas tardes, gracias a ustedes por haber aceptado tan calurosamente esta convocatoria. En esta primera Mesa Redonda de la Jornada, y para hablar sobre los servicios informáticos en la justicia y sobre experiencias novedosas, tengo que agradecer la presencia, disponibilidad y permanente compromiso con estos temas a los doctores que hoy nos acompañan.

Por la Corte Suprema de Justicia de la Nación está el Dr. Eduardo Parodi, Coordinador del equipo técnico de la Comisión Nacional de Gestión, ex asesor en el Consejo de la Magistratura, Secretario del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil nº 94, Coordinador del Programa de Gestión Social de Calidad en el Poder Judicial de la Provincia de Tucumán, Chaco, Buenos Aires y en oficinas del Poder Judicial de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires. Profesor en la Escuela Judicial de la Nación, Coordinador del Programa de Posgrado de Administración de Sistemas Judiciales que dicta la UBA; abogado recibido en dicha universidad, Auditor y Gestor de Calidad de la Facultad de Ingeniería de la UBA con postgrados en Antropología Organizacional de la Facultad de Filosofía y Letras y en Calidad de Empresas de Servicios, de la Facultad de Ingeniería, también de la UBA.

Si se me permite voy a presentar ya al resto de los disertantes, así luego les doy la palabra directamente.

También por la Corte Suprema de Justicia de la Nación tenemos al Dr. Julio Quiñones, abogado de la UBA, Posgrado en Derecho Penal por la Universidad de Palermo, diplomado en Gestión de la Mejora Continua por la Universidad Nacional de General Sarmiento. Es Coordinador de la Comisión Nacional de Gestión Judicial, ex secretario de Instrucción nº 25 y ex juez subrogante del Juzgado de Instrucción nº 5. Profesor en las materias de Gestión y Auditoría de la Gestión de la Escuela Judicial y en el Plan Nacional de Capacitación Judicial de la Corte.

Por la justicia nacional en lo comercial nos acompaña el Dr. Gerardo Vassallo, que ingresó en ese ámbito en 1973. Fue secretario de Primera Instancia, secretario de la Fiscalía de la Cámara, secretario de la Cámara, juez de Primera Instancia, juez subrogante en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial Sala A. Actualmente es juez titular de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial Sala D. Fue vicepresidente primero de la Excelentísima Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de la Capital. Obtuvo en 2003 el premio que otorgó el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires al Mejor Juzgado del Fuero Comercial de la Capital, y en ese mismo año el premio a la Excelencia Judicial entregado por FORES. En su vasta actividad institucional, cabe señalar que es miembro de la Comisión de Enlace de la Cámara Nacional en lo Comercial y este Colegio de Abogados, a través de su Comisión de Justicia que tengo el privilegio de integrar.

También nos acompaña, por la justicia nacional en lo civil el Dr. Carlos Molina Portela. Hace “apenas” 25 años que es juez nacional de Primera Instancia en lo Civil. Profesor universitario de Derecho Procesal, Master en Programa Ejecutivo en Administración y Modernización Judicial en la Universidad Carlos III de Madrid. Disertante en diversos eventos sobre liderazgo, gestión y administración judicial. Integrante de la Comisión de Gestión de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil.

Dicho esto así rápidamente, ellos abordarán el tema central de la Jornada de la siguiente forma: en primer lugar –invirtiendo el programa- usarán de la palabra los integrantes de la Comisión de Gestión Judicial de la Corte, Dres. Parodi y Quiñones. Dado que la informatización de la justicia y el camino para llegar al expediente digital son una política de estado, como ya hemos escuchado, ellos nos introducirán en el plan estratégico de la Corte, que está en marcha.

Seguidamente, los Dres. Vassallo y Molina Portela por los fueros comercial y civil respectivamente, nos informarán del estado actual de implementación de los servicios informáticos en la justicia, sus logros, sus dificultades y los desafíos.

Yo sinceramente espero que nos contagien el entusiasmo que desde hace muchos años ellos han mostrado para lograr una justicia moderna y eficaz. Sobre todo, cómo hacerlo durante esta etapa bisagra que nos impone, como dijo el Dr. Lorenzetti, un cambio cultural, en el cual sería deseable que todos los actores involucrados: miembros del Poder Judicial, abogados, colegios y usuarios del sistema de justicia en general, demos nuestro apoyo decidido, cada uno desde su lugar, ya que es inexorable el futuro de una justicia digitalizada. La propuesta es entonces que tomen la palabra cada uno de los panelistas en el orden que mencioné, para luego dejar espacio a las preguntas, consultas e inquietudes que ustedes puedan tener. A ese fin les han repartido unas hojas donde podrán volcarlas y al final de las presentaciones serán leídas y contestadas.

Intervención del Dr. Eduardo Parodi



Buenas tardes, trataré de ser breve, porque bien nos ilustró ya el Dr. Lorenzetti sobre lo que es este plan estratégico de gestión que viene ejecutando el Poder Judicial de la Nación. Me refiero a dos antecedentes que nombró el Dr. Lorenzetti, que son la Conferencia Nacional de Jueces del 2007 y la Acordada 37/2007 que crea la Comisión Nacional de Gestión Judicial.

El Poder Judicial tiene como inconveniente el hecho de que se extiende por toda la República, con una cantidad de 20.000 agentes, entre funcionarios y jueces. Nuestra idea era cómo abarcar al Poder Judicial en distintos proyectos que pudieran trabajar como una red. Es decir con una mirada rizomática, no de raíz, sino a partir de proyectos ir ocupando los lugares, multiplicando los lugares. Proyectos que en principio parecen no tener relación, pero que van hacia un objetivo común que es el expediente digital, que es el cambio cultural que estamos empeñados en lograr.

Como elementos del plan estratégico nosotros trabajamos con un test de validación que tiene que ver con el diseño de procesos administrativos; es el cambio cultural. Podemos poner como se ha dicho, las mejores tecnologías, pero si no establecemos una nueva matriz en nuestro concepto, si no vemos el derecho procesal como algo vivo, como algo relacionado con la gente, cualquier proyecto va a fracasar. Siempre doy un ejemplo: hay gente en el Poder Judicial que durante toda su carrera, hasta que se jubiló, tuvo como únicos elementos tecnológicos la máquina de escribir, el teléfono y la luz eléctrica.

Hoy los tiempos se aceleran y para quienes estamos en el Poder Judicial los cambios son constantes. Queremos la tecnología como herramienta de la gestión, no que nosotros estemos al servicio de la tecnología sino a la inversa, para mejorar nuestra gestión. La capacitación continua es fundamental, estamos en medio de múltiples cambios tecnológicos, y tenemos que capacitar permanentemente a la gente en los lugares de trabajo, con las nuevas formas de adquirir prueba, etc., y siempre está la posibilidad de mejorar, de ir un paso más adelante.

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Como plan operativo, nosotros planteamos herramientas de gestión en la oficina judicial. Es decir, mientras trabajamos en los grandes cambios, como la Ley 26685, como data center, como el software de gestión integral, también entendemos que con las herramientas que ya se tienen podemos modificar un montón de trámites y acortar procesos. Aprovechamiento de estos tiks, comunicaciones electrónicas inter-institucionales, para lo cual tenemos muchos convenios firmados con diversos organismos. Luego la capacitación y la difusión; este año llevamos capacitados a 3.400 agentes del Poder Judicial en estas nuevas tecnologías.

Las premisas: trabajar con la legislación disponible, no podemos esperar que venga el código o la reforma, sino utilizar lo actual y tener la versatilidad y plasticidad mental que nos permitan modificar las cosas.

Aplicar recursos necesarios para la formulación de comunicaciones en vía electrónica y después alcanzar gradualmente la implementación. No queremos juzagados-piloto eternos y no queremos, como dice el Dr. Molina Portela, que el abogado vaya con un mapa recorriendo Tribunales para mirar que este juzgado tiene este servicio, este otro juzgado no lo tiene, etc., sino que rápidamente una vez que se probó la utilidad de la herramienta ampliar su implementación. El problema es vencer la resistencia interna, y lo digo porque soy nacido y criado en el Poder Judicial y me consta que hay mucho temor a los cambios y que nos frenamos ante la tecnología.

Los beneficios: agilización y celeridad, comunicación más fluida, eliminación del papel. Sobre esto les doy un solo ejemplo: la Inspección General de Justicia nos dijo en el año 2009 que estaba cumplimentando respuestas de 47.000 oficios por año. ¡Cuánto papel, cuántos árboles talados! Se firmó un convenio para tratar de eliminar todo este soporte papel e ingresar on line a la IGJ.

Certeza en la recepción y contestación de los requerimientos. Estandarización de las actividades, otro de los desafíos; lo digo con todo respeto a los señores jueces y funcionarios, pero creo que lo que debe lograrse para los letrados, para los ciudadanos, es que sepan que se deben manejar de una manera uniforme. Tomemos por caso un banco, que para pagarme un cheque me pide el DNI, mientras otro banco me pide la cédula y un tercero me pide la partida de nacimiento, no podría ser. Yo creo que hay que estandarizar los trámites, lo que no implica coartar la libertad ni la independencia del juez, sino al contrario, se lograría que tenga más tiempo el juez y el funcionario para trabajar en lo esencial de su cometido, que es justamente lo jurisdiccional.

Y por último alguna aproximación geográfica virtual, o sea trabajar a partir de videoconferencias, etc. y una trazabilidad, poder seguir una cédula, un mandamiento, poder localizar un oficio; saber dónde están las cosas, eso es gestión también.

Intervención del Dr. Julio Quiñones



Buenas tardes, lo que nosotros intentamos a partir de todos estos trabajos en la Comisión Nacional de Gestión, es ir acercándonos más a lo que conocemos como expediente y justicia digital. En realidad nos encontramos con un modelo muy anterior, el modelo decimonónico, donde el papel es el protagonista del procedimiento, en el cual vemos corporizado el pleito o el conflicto. Desde la más alta dirección del Poder Judicial –Corte Suprema, Consejo- se determinó que había que dejar de lado todos esos esquemas y ese contexto. Razonablemente, porque tenemos mucha más tecnología y muchas más posibilidades de aplicar otro tipo de sistemas, y entonces surgió la cuestión de decirle adiós al papel o reducirlo a su mínima expresión, y así entrar a esta justicia del siglo XXI.

Para eso, y teniendo en cuenta el concepto de rizoma, el Plan de Gestión pivotea sobre distintos momentos que existen en todo tipo de expediente judicial, como una manera de ir organizando nuestro trabajo. Son cinco los momentos: el ingreso de la carátula, las presentaciones de las partes, las disposiciones jurisdiccionales, la adquisición y producción de prueba y finalmente las actividades logísticas.

A partir de estos cinco momentos, empiezan a transitar los programas y subprogramas que describía el Dr. Lorenzetti. Transitar no de manera limitada a un solo momento, sino que empiezan a tener un vínculo que va haciendo que esta relación entre momentos y programas, adquiera una cadencia que vaya incorporando a nuestros usuarios, a nuestros destinatarios y a nuestros proveedores, que los vaya incorporando en un sistema que sea la base para todo aquello que viene, todo aquello que los disertantes iniciales señalaron como las políticas de estado.

(comienza a señalar placas)

En ese sentido, en lo relativo al primer momento, el ingreso del expediente y cómo se caratula, existen algunos proyectos que vamos a mencionar y que después por supuesto queremos debatir con ustedes.

En primer término vamos a hablar de los proyectos que ya se implementan sobre ingreso remoto de expedientes, un sistema que la Cámara de la Seguridad Social lo desarrolla desde hace años con muchísimo éxito. Es un trabajo conjunto entre colegios profesionales y cámaras, y que el Dr. Vassallo seguramente ahora nos va a explicar cómo se está implementando en la Cámara que él integra.

También tenemos los sistemas web de seguimiento y gestión electrónica. Por un lado la Corte, más allá de la renovación de software que importará la nueva licitación, ha modificado y ha incorporado un nuevo software de seguimientos. Pero a su vez las Cámaras del Trabajo, Comercial, Civil, Penal, aplican ya sistemas que vienen desarrollando desde hace años, que sirven como pauta inicial para este cambio inminente.

El segundo momento es el de la presentación de las partes. Por un lado podemos hablar del expediente digital, por otro lado mencionar la presentación electrónica de escritos de mero trámite y confronte, esto también es algo que protagonizó inicialmente el Dr. Molina Portela y que luego nos va a explicar con mucha más amplitud.


El tercer momento tiene que ver con las disposiciones jurisdiccionales. En primer lugar podemos mencionar la circulación electrónica simultánea de expedientes en la Corte, para expedientes predeterminados inicialmente, después la consulta electrónica de saldos y por último las libranzas electrónicas, algo que ya ha iniciado el fuero en lo Comercial que integra el Dr. Vassallo, que seguramente nos comentará.

Sobre el momento de la adquisición de pruebas, tenemos un plan, el plan de acceso electrónico a la información, mediante el cual a partir de convenios que se firman entre el Poder Judicial y las organizaciones requeridas, se obtiene de manera digital determinada información. Por mencionar algunos convenios, digamos: con el Registro de Propiedad Automotor, Propiedad Inmueble, Renar, Boletín Oficial, Dirección de Migraciones, Ministerio de Trabajo, Registro de las Personas, Cámara Electoral, Inspección General de Justicia.

Hay además otro procedimiento, el envío electrónico de informes de los auxiliares de justicia que también desarrolla la Cámara en lo Comercial y, como ya se dijo, la videoconferencia, un ejemplo de todas las maneras en que desde lo digital podemos empezar a obtener prueba, modificando o actualizando procedimientos.

En cuanto a la logística, es decir aquello acerca de cómo poner en movimiento todos estos momentos, podemos mencionar las comunicaciones electrónicas con Fuerzas de Seguridad. Hoy por hoy los tribunales en lo penal hacen citaciones por correo electrónico, convocan a personas privadas de libertad ambulatoria por medio de correo electrónico; lo mismo hace el cuerpo médico forense. Hay proyectos de notificación electrónica, antes de la Ley 26685 en base a convenios con las partes, pero a partir de esta Ley y su implementación ya ha de ser de aplicación masiva.

También podemos hablar del diligenciamiento electrónico de oficios, acercando a las partes a los tribunales cuando se requiere algún expediente, algún informe. Se brindará transparencia también a algunos procedimientos que necesariamente, a partir de la aplicación de la tecnología, llegarán a ser más rápidos y más claros, como el pedido de fecha de subasta y/o la suspensión de fecha de subasta. Y dos procedimientos que sirven mucho para los tribunales ―aunque también para los abogados que ejercen la profesión libre―, la transabilidad de cédulas y de mandamientos. De manera tal que se puede ingresar al sistema y ver el estado en que se encuentra una cédula de notificación o un mandamiento. Todos estos son proyectos y procedimientos que desarrollan también las Cámaras en los Civil y Comercial, como escucharemos en instantes.

¿Cómo vamos a integrar este mapa digital, estos cinco momentos? En primer término con la implementación de la Ley 26685, en segundo término con este software integral de gestión, donde la Comisión de Gestión participó como vocal en la Comisión Evaluadora, que también fue integrada por expertos en tecnología, del Consejo y de la Corte, y que contó con demostraciones a magistrados y abogados que vinieron a ver estas aplicaciones.

La firma electrónica: la incorporación de la firma digital en algunos procedimientos; hay un convenio firmado con la ONTI (Oficina Nacional de Tecnologías de Información) para iniciar el trabajo de firma digital en expedientes particulares también.

Finalmente, con la capacitación y la difusión como decía Eduardo Parodi recién. En lo que va del año hemos intercambiado experiencias con unas 3.500 personas, la mayoría de las cuales se vieron involucradas a partir del desarrollo y la capacitación en algunos de estos proyectos que mencionamos. De todos modos esto forma parte de un trabajo conjunto desarrollado desde la Corte, la Comisión Nacional de Gestión, el Consejo de la Magistratura, los colegios profesionales, los proveedores de información. Y queremos que esto identifique al plan, la posibilidad de integrarlo desde distintos nodos, desde distintos puntos del rizoma.

Simplemente para que sepan desde dónde les hablamos y cómo pueden comunicarse con nosotros, les dejamos nuestro teléfono, nuestro correo electrónico y les agradecemos su atención.

Intervención del Dr. Gerardo Vassallo



Ante todo muchas gracias al Colegio por invitarnos a publicar, diríamos, las cosas que estamos haciendo en el fuero comercial, porque sentimos que muchos de los profesionales que actúan en el medio no lo conocen, con lo cual desaprovechan multitud de cosas que hoy se está haciendo, con lo que tenemos.

Creo que hay algo que ya destacó el Dr. Lorenzetti, y también los Dres. Parodi y Quiñones, a saber: quizás sea ésta la primera vez en el Poder Judicial en que la Corte se pone a la cabeza de la modernización, y lo hace con el concepto de política de estado. Es decir, que las personas podrán pasar pero esta política será duradera y exitosa en el tiempo. Para esto, una de las grandes herramientas que tenemos hoy y que tanto la Corte como el Consejo están implementando, es esta Ley 26685 que le está dando ropaje jurídico a lo que hasta ahora era solamente un medio de información –Interner y la informatización-, o que podría resultar también en adquirir algún tipo de valor jurídico por vía del convenio entre los litigantes.

Hoy estamos haciendo una especie de entrenamiento, según yo lo llamo. Entrenamiento para lo que viene, porque como ya dijo el Dr. Lorenzetti se van a hacer licitaciones, y el software de gestión que usará toda la justicia nacional ya está adjudicado. Este software va a reunir todas estas herramientas que veremos ahora y lo va a reunir en un solo soft; hoy tenemos que entrar y salir a varios softs para poder utilizar todo estos sistemas, que son ―lo repito― nada más que herramientas. Los jueces necesitamos ―y los abogados también como operadores externos de la justicia― colectar información, tratar de llegar a la verdad para una sentencia que dé solución final al conflicto. Este acopio lo podemos hacer por medio de un papel, por medio de gente que camina de acá para allá, o valiéndonos de medios informáticos que en lugar de tardar un mes o dos o tres meses para hacer un trámite, pueden tardar cinco minutos.

Vamos ahora a lo que está haciendo la justicia comercial. Hace ya unos años hicimos un convenio, por vía de una Comisión de Enlace, que en su momento estaba con el Colegio Público de Abogados, hoy está con este Colegio de la Ciudad. Un convenio con Banco Ciudad, al principio orientado a obtener los saldos de cuenta bancarios, que para nosotros es esencial porque nos permiten mayor seguridad en la libranza de los cheques. En la primera conversación que tuve con la gente del Banco confieso que me sorprendió la decisión que ellos tenían de avanzar rápidamente; siendo un banco oficial yo prejuzgué que serían muy burocráticos.

La primera etapa fue esta, la consulta de saldos, que hoy la tienen implementada todas las secretarías del fuero comercial. Una medición que hizo la Comisión Nacional de Gestión hace un año arrojó que había entre 150.000 a 200.000 consultas anuales. El segundo punto fue algo administrativo, interno, fue el pedido electrónico de chequeras, algo que puede parecer nimio, pero redujo a un paso un trámite que hasta entonces llevaba cinco pasos. Tercero, lo que estamos haciendo hoy, la confirmación de libranzas (estamos hablando de papel todavía). Ustedes seguramente lo sufren a menudo, porque cuando un cheque supera los 10.000 pesos el banco llama al juzgado, y cuando supera los 50.000 manda a un profesional suyo al juzgado para ver si realmente lo libramos o no. Esto ejemplifica la inseguridad del papel, que queremos reemplazar con la seguridad informática.

A la fecha varios juzgados lo hacen, pero como les decía, estamos viendo en la Cámara en lo Comercial hacerlo obligatorio, a pedido del Banco a partir de cierto monto. Espero que de acá a un mes ya lo tengamos en funcionamiento, con lo cual, sacando los menores a 10.000 pesos, que el Banco no confirma, todo lo demás podrá ser validado por vía de un correo electrónico que le ratifique al Banco que libramos un cheque a favor de tal, por tal monto, en tal expediente.

Lo que también hemos empezado hace varios meses en dos juzgados pilotos, y hoy se ha extendido a todo el fuero, son las libranzas electrónicas, que en rigor son transferencias. Esto es lo que seguramente hacemos muchos por cajero automático, o banking o algún otro medio que implica, por vía del CBU transferir estos fondos a una cuenta determinada. Por un problema de soft y tecnológico, hoy está limitado a libranzas menores a 10.000 pesos ―más que tecnológico es de seguridad― y, segundo punto, no tiene retenciones impositivas. Según nos han dicho en Banco Ciudad, esperamos que en poco tiempo ya tengan el software funcionando, de modo que nos permita incluir también las retenciones impositivas. Es decir que cuando nosotros cargamos en el juzgado digamos 15.000 pesos: tanto por capital, tanto por gastos, tanto por intereses, y quizás haya que agregarle la calidad impositiva del beneficiaro (si es responsable inscripto, monotributista, etc.), podremos mediante el software tener el monto que corresponda y que se transfiera lo demás.

Un asunto que lamentablemente es muy poco conocido es lo que se llama el “ingreso remoto de causas”, que en rigor es un ingreso de los datos de la causa y un sorteo remoto, un sorteo electrónico que se hace. Esto quiere decir que el abogado, en vez de llenar la minuta en papel en la Cámara, la llena en su computadora del estudio, la envía al Poder Judicial, que se la devuelve ya con indicación del juzgado sorteado y con la posibilidad de imprimir la carátula. Con esto el letrado toma su juicio, le agrega la carátula que imprimió en su estudio y va directamente al juzgado que le tocó en suerte (buena o mala) para iniciar directamente la causa. De este modo nosotros en la Cámara nos evitamos un montón de trabajo, pero también el letrado se lo evita. Es lo que hemos comentado a veces en la Comisión de Enlace que integramos con este Colegio, pensar siempre en procedimientos que beneficien a “ambos lados del mostrador” como suele decirse.

Para este ingreso remoto la idea es primero registrarse, para lo cual hay que entrar en la página: www.pjn.gob.ar, donde va a haber un lugar para ingresar los datos, poner una dirección de correo, el usuario recibe el nombre de usuario, la contraseña y todos los demás recaudos. A partir de ahí van al servicio que ustedes quieren utilizar, por ejemplo el registro en la Cámara Comercial para el ingreso de causas, y ahí tendrán que llenar un formulario con foto, documento, y credencial digitalizada, aunque es cierto que tendrán que ir, esta sola vez, a la Secretaría General de la Cámara para firmar el convenio, que por ahora tiene que ser con firma manuscrita. Pero a partir de ahí van a poder ingresar directamente al sistema e iniciar por esta vía, todas las causas que tengan.

Por supuesto, esto tiene mecanismos de seguridad, porque ya como a más de uno se le ocurrirá, hoy con el fotoshop hasta se pueden cambiar los números en las carátulas con bastante facilidad. El procedimiento tiene múltiples seguridades, de modo que electrónicamente la secretaría del juzgado receptor podrá verificar que esta causa ha sido sorteada a ese juzgado y secretaría.

Otro servicio que se está implementado ya hace años es el de los informes concursales. Esto se hizo con el Consejo Profesional de Ciencias Económicas; después de mucho tiempo de penar y de pedir a los síndicos que lo entreguen a los juzgados, al principio con disquetes y luego enviados a una dirección de correo electrónico del Poder Judicial, se hizo algo mucho más armónico: que los síndicos manden al día siguiente de que lo presentan en papel, por vía electrónica, al Consejo Profesional el documento donde tienen el informe individual o el informe general. Esto va a permitir que el propio Consejo identifique si realmente es un síndico y además, como tiene todos los datos acerca de cuál es el síndico sorteado en determinada quiebra o concurso, verificar que es ese síndico. Recibido esto se va a disparar un correo electrónico a la secretaría donde tramita el expediente, la cual va a poder ingresar en un sector de la página del Consejo, que solamente está habilitado en ese juzgado y secretaría, y va a poder levantar ese informe individual o general, lo cual hará que lo pongamos directamente en los sistemas de gestión (en el lex doctor en algunos casos, en el libris en otros casos).

Así comenzaremos a ingresar escritos a nuestro sistema de gestión; estará allí el escrito y el despacho correspondiente. Y ustedes saben, un informe individual a veces tiene 800 ó 900 ó 2.000 acreedores, va a permitir no ir a hacer la cola a una mesa de entradas para mirar todos el mismo expediente, que seguramente va a estar manoseado y roñoso, sino que van a poder bajar todo el informe o la parte del informe que les interese.

Hay varios servicios que están también ya habilitados en el fuero. El primero es la AFIP, pero del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que le permite al juzgado tomar directamente los informes sobre ABL y Patentes. Cuando por ejemplo se decreta un remate no será el profesional quien diligencie esto, sino que directamente lo hará el juzgado.

En cuanto al Boletín Oficial, hoy solamente se cursan consultas por el juzgado, pero el objetivo es que en muy breve tiempo el juzgado pueda remitir directamente edictos estandarizados, para facilitar el trámite. La idea en el Boletín Oficial es que este servicio esté también habilitado a los letrados para poder hacerlo directamente; quizás el problema podrá ser ahí el pago del edicto, pero hay muchas formas para poder lograrlo.

Tenemos también desde hace tres años en el fuero comercial servicios, como son el Registro de la Propiedad Inmueble y Automotor, que solamente están pensados para uso interno y para información. No nos han dado la posibilidad ni para trabar ni para levantar embargos. Pero esta información nos sirve mucho, por ejemplo para las quiebras. Nos permite saber si al momento del decreto tiene el quebrado bienes inmuebles o muebles; es más, en el Registro Automotor hoy está habilitado un informe histórico que nos muestra si en los últimos dos o tres años tenía automotores. Y está la idea en marcha para que el Registro de la Propiedad Inmueble incorpore también información similar. Esto nos servirá mucho para las acciones de recomposición patrimonial.

En el caso de la Cámara Electoral y del Registro Nacional de las Personas, nos permite, en diez o quince minutos, tener el domicilio de una persona. Ustedes saben lo que esto demora hoy en día, un mes como mínimo, entre que lo piden, dejan el oficio, se confronta, se firma, etc. Para todo esto el juzgado directamente se conecta con esas bases de datos, y en otros casos manda un mail que es respondido en poco tiempo y con sólo la petición del letrado se tiene un informe del juzgado con el domicilio de esa persona. En el caso de la Cámara Electoral lo único que piden es que el letrado acompañe la estampilla junto con el escrito, de cuyo ingreso tenemos que asegurarnos nosotros que se cumplimentó.

Hay dos temas más, que son el seguimiento de mandamientos y de cédulas. El seguimiento de mandamientos ya está funcionando en el fuero, el de cédulas todavía está en implementación. La idea es determinar dónde está ese mandamiento o en dónde va a estar esa cédula, para saber si se ha diligenciado o no, o si lo tiene el notificador, el oficial de justicia o si ya está de vuelta en el juzgado. Espero que todo esto sea por breve tiempo, porque se procura pasar a la notificación electrónica.

Con la IGJ y con Aguas Argentinas estamos en lo mismo. El convenio con IGJ también es para informarse, hoy está implementado en 5 juzgados como prueba piloto. El fuero comercial lo usa mucho, especialmente en los pedidos de quiebra; cuando el presunto fallido es una sociedad le pedimos el estatuto, los integrantes, el último directorio, el domicilio social inscripto. En lugar de hacer todo el trámite mediante papeles, esto se puede tomar directamente de la base de datos de IGJ. Con Aguas Argentinas va a ser igual, pero recién está en curso de implementación.

La Comisión Nacional de Gestión que integro, pidió a las cámaras que cada uno de los fueros formara una Comisión específica de gestión, obviamente también está incluida la Cámara Comercial. En ella hicimos un manual de procedimientos, que también lo hizo la justicia civil, la penal y la laboral. Es un manual al estilo de las ISO.900, para trabajo interno. Pero creo que lo importante, sobre todo para los profesionales, son los 15 ó 16 anexos que tiene este manual. Uno de ellos, que nos pareció muy significativo, es el Reglamento de Carga. Uno de los problemas que seguramente todos sufren es que, al haber un juicio por Internet, lo van a ver seguramente de forma distinta dependiendo del juzgado que lo ha cargado, con mayor o menor prolijidad. Con este reglamento se busca que todos los juzgados del fuero comercial tengan cuanto menos un piso de carga uniforme, para que la información vía Internet sea útil y el letrado tenga que venir la menor cantidad de veces posible a los tribunales. Van a encontrar esto también en página www.pjn.gob.ar. Verán en ella a la izquierda “Fueros Nacionales”, abren y van a encontrar una serie de datos que pueden ser interesantes, porque está el Manual de Procedimientos, también modelos de oficios que hemos elaborado, un poco para que no esté cada juzgado con su librito y que tenga sus exigencias particulares, sino para que haya un oficio que sea aceptado, y que sea rápidamente confrontado en todos los juzgados. Si examinan esos modelos verán que están pensados tanto para el profesional como para el juzgado, porque van a ser identificables muy fácilmente por el empleado que confronta, y el letrado sabrá que su oficio no será rebotado. También van a encontrar los formularios de ingreso de demandas y del convenio de adhesión al sistema. Muchas gracias.

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La Hoja es una publicación del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires