162º Almuerzo de Confraternidad: Invitado, Embajador de los Estados Unidos, señor Earl Wayne
El 14 de mayo, se realizó el 162º Almuerzo de Confraternidad, el invitado fue el Excmo. Embajador de los Estados Unidos, el señor Earl Wayne, quien se refirió al tema "Las principales acciones de gobierno adoptadas por EUA ante la crisis global", y estuvo acompañado por los doctores Enrique del Carril, Héctor Huici y Esteban Carcavallo.
Palabras de presentación del Dr. Enrique del Carril
Buenos días a todos, muchas gracias por estar con nosotros. Le queremos agradecer al señor Embajador de Estados Unidos Anthony Wayne que nos visite hoy. En esta presentación lo primero que quiero destacar son los fuertes lazos de este Colegio con su país, y particularmente quisiera citar las palabras del señor presidente de Costa Rica, Oscar Arias, que dijo que los países latinoamericanos, cuando tenemos relación con las autoridades de Estados Unidos, casi siempre es para culparlos de nuestros males pasados, presentes y futuros. No creo que hacer eso sea del todo justo; nosotros compartimos esos conceptos, no creemos que sean justas muchas actitudes que se tienen hacia los Estados Unidos. Porque para nosotros su país es un ejemplo en muchos aspectos, podemos discrepar con algunas actitudes o algunas conductas en su política internacional, podemos no estar de acuerdo con algunas formas de ser, pero nadie entre nosotros deja de reconocer la razón por la cual Estados Unidos es un país rico y una potencia mundial. Tengo para mí, y creo que muchos concordarán conmigo, que la razón es la fortaleza de sus instituciones y la vigencia permanente del estado de derecho, que sostiene la libertad en todos los aspectos, especialmente la libertad económica que hoy está tan cuestionada.
Según parece, según afirman algunos, la libertad económica ha sido la causal de muchos males o de la crisis global que vivimos, pero pienso que no es así. Creo que justamente el capitalismo y la sociedad de mercado libre es un beneficio, esencialmente porque respeta la libertad. Ocurre que muchas veces el abuso o mala interpretación de la libertad lleva a lo que hoy estamos viviendo, que es más consecuencia de ciertos vicios o defectos humanos que del propio sistema de libertad que siempre ha sostenido Estados Unidos.
Para nosotros es un honor escuchar al señor Embajador, de quien para hacer una breve presentación decimos que sus cartas credenciales en la República Argentina fueron acreditadas en 2006, y que le ha tocado vivir una realidad compleja en nuestro país. Es diplomado en Ciencias Políticas por la Universidad de California. Tiene maestrías en Administración Pública en la Universidad de Harvard y en Ciencias Políticas en Princeton y Standford.
Es diplomático de carrera desde 1975; se desempeñó como Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Económicos y Empresariales desde el año 2000 hasta junio de 2006. En esa función, entre otras importantes responsabilidades, el embajador Wayne jugó un papel de liderazgo en los esfuerzos destinados a aplicar sanciones de las Naciones Unidas a numerosos terroristas y financistas del terrorismo, y en la formación de coaliciones internacionales con el fin de detener el flujo de dinero a los terroristas. También tuvo un importante papel en la preparación de paquetes de reformas económicas y de reducción de la deuda para países socios. En 2008 recibió el premio Paul Wellstone al Embajador contra la Esclavitud, por sus trabajos sobre la trata de personas.
Este almuerzo en alguna medida también es una despedida, porque todos sabemos que el Embajador retorna a su país en uno o dos meses, de modo que tiene un sentido de agradecimiento por su gestión en nuestro país. Lo escuchamos señor Wayne.
Disertación del Embajador señor Earl Anthony Wayne
Muchísimas gracias por sus palabras. Verdaderamente es un placer para mí estar hoy con ustedes, porque bien sé el papel importante que todos ustedes tienen en la democracia, y sin democracia también. Quiero agradecer al presidente del Colegio, Dr. Enrique del Carril, al Secretario Dr. Héctor María Huici y al Tesorero Dr. Esteban Carcavallo, por su invitación para hablar ante ustedes.
Conozco que en sus 96 años de historia este Colegio ha abogado fuertemente por la independencia judicial y la ética legal, elementos fundacionales de cualquier democracia sólida y vigorosa. En una democracia la aplicación efectiva del estado de derecho es vital para proteger los derechos humanos y las condiciones de vida dignas para los ciudadanos. Creemos que la independencia judicial, la igualdad y la responsabilidad ante la ley, respetando la integridad en la aplicación de la ley misma con la separación de poderes, son esenciales para alcanzar el desarrollo político, social y económico.
Vamos a referirnos un poco a la crisis financiera global. Nos encontramos hoy en el contexto de una fuerte caída de los niveles de actividad económica mundial. Me han pedido que hable de la respuesta internacional a esta situación, y especialmente de parte de los Estados Unidos. Me gustaría destacar desde el principio que la Argentina, en su rol de miembro del G-20, grupo que representa el 85 por ciento de la economía mundial, ha jugado un papel importante y responsable en nuestro esfuerzo común por enfrentar los desafíos que se presentan. Sin subestimar esos desafíos, hay signos que indican que ha disminuido el ritmo de deterioro de la actividad económica y de los flujos comerciales. Algunas medidas de gastos por parte de los Estados Unidos y otras economías, podrían haber empezado a tener efectos estabilizadores. Las condiciones financieras en algunos mercados han exhibido una mejora modesta, y existen signos de que los mercados inmobiliarios en los Estados Unidos han empezado a corregirse. Tenemos motivos para estar animados, pero nos equivocaríamos si pensáramos que estamos cerca de salir de la oscuridad en la que se sumergió la economía mundial desde principios de la primavera austral.
Los orígenes de esta crisis se remontan al largo período de aumento del lanzamiento de los préstamos, unido a complicaciones en varios mercados financieros e instituciones en todo el mundo. La consecuencia ha sido la crisis económica más severa desde la Segunda Guerra Mundial. No tenemos mucha experiencia en ese tipo de crisis a nivel mundial, porque esto sólo ocurre una vez en varias generaciones. El presidente Obama ha dicho que los Estados Unidos están comprometidos a tomar las medidas que sean necesarias para estimular el crecimiento y la demanda, y asegurar que crisis semejante no vuelva a ocurrir.
En mi país estamos avanzando enérgicamente hacia la recuperación y la reforma. El presidente Obama ha implementado medidas sin precedentes para crear trabajo y restablecer el crédito, y la administración propuso un conjunto de reglas de juego claras, estrictas, propias del siglo XXI, para todas nuestras instituciones financieras. La recuperación estadounidense y el acta de reinversión están movilizando considerables recursos gubernamentales para crear y salvar puestos de trabajo, poner en marcha la economía y construir las bases del crecimiento económico a largo plazo. El acta incluye medidas para fortalecer la infraestructura de la nación, aumentar la independencia energética de los Estados Unidos, expandir las oportunidades educativas, incrementar el acceso a la salud, proveer beneficios fiscales y proteger a quienes más necesitan. El plan de estabilidad financiera está en marcha para ayudar a restablecer el flujo crediticio, ordenar y fortalecer a nuestros bancos y proveer una asistencia crucial a los propietarios de viviendas y a las pequeñas empresas.
Como solemos hacer con cada uno de estos temas, vamos a instrumentar normas de transparencia y responsabilidades nuevas y más estrictas. Cabe destacar aquí que creemos que nuestras políticas deben estar diseñadas para movilizar el capital privado y no para suplementarlo o desalentarlo. Cuando la inversión del gobierno sea necesaria, se intentará reemplazarla con capitales privados tan pronto como sea posible.
La respuesta de los Estados Unidos ante la crisis es, por supuesto, sólo parte de un esfuerzo más grande coordinado mundialmente. La economía mundial está ahora tan interconectada en sus fundamentos, que sólo cabe enfrentar el desafío juntos. La historia muestra que cuando las naciones no pueden cooperar, o cuando se aíslan y se encierran en sí mismas, nuestros pueblos pagan un precio mayor; así fue como se profundizó la Gran Depresión. Hoy una respuesta de esa clase sería un error que no podemos darnos el lujo de repetir.
Como mencioné antes, la Argentina está jugando un rol significativo en la coordinación de una respuesta global a la crisis global. El mes pasado la presidenta Kirchner, el presidente Obama y otros líderes del G-20 se reunieron en Londres, donde acordaron endurecer y transparentar la supervisión bancaria en todo el mundo. Se comprometieron a tomar las medidas necesarias para provocar la reanudación del crecimiento, repeler la recesión global y poner en práctica reformas que reduzcan sustancialmente las posibilidades de que otras crisis de esta magnitud vuelvan a ocurrir.
Han acordado reformar y apoyar al FMI, al Banco Mundial y a otros bancos multilaterales de desarrollo en sus esfuerzos por mitigar los efectos de la crisis. Han acordado asegurar a través de la interacción económica internacional y el fortalecimiento de las instituciones económicas internacionales, su apoyo al crecimiento de los países emergentes y en desarrollo. Han acordado rechazar el proteccionismo y relanzar el comercio mundial, y han estado de acuerdo en que tenemos la obligación común de ayudar a los más pobres, los más vulnerables, los que tienen menos capacidad de respuesta ante la crisis.
A partir de esta cumbre y del encuentro posterior de abril en Washington entre las naciones miembros del FMI y del Banco Mundial al que asistieron el ministro de Economía Carlos Fernández y el presidente del Banco Central Martín Redrado se han dado pasos importantes hacia la implementación de la agenda del G-20 para reparar la economía y las finanzas. Varias de las economías grandes, inclusive los Estados Unidos, han trabajado a fin de proveer el estímulo necesario para la demanda doméstica y para establecer nuestros sistemas financieros a fin de asegurar una recuperación global sostenida. Todos los países, inclusive la Argentina, han avanzado en la importante tarea de aumentar los recursos del FMI y apoyar al Banco Mundial y a otros bancos multilaterales de desarrollo, con el propósito de ampliar con responsabilidad la capacidad de respuesta de todos los miembros en crisis.
De manera que el difícil proceso de reforma de los sistemas de regulación financiera nacionales ya está en marcha en los Estados Unidos y en diversos otros países. No obstante mucho queda por hacer, tanto a nivel nacional como internacional, para crear un sistema que sea resistente a las conmociones y a los abusos, y que provea respuesta a las complejas necesidades del siglo XXI.
Cuando alcancemos la fase de expansión del ciclo económico por venir que seguramente ocurrirá, la expansión global resultante será mucho más perdurable que la que terminó de modo catastrófico en 2008. La expansión global debe estar equilibrada e incentivada por el crecimiento de la demanda doméstica en todas las economías. Repitamos que los problemas globales de hoy, requieren soluciones globales.
Todas las naciones responsables comparten dos objetivos principales: la recuperación temprana de la crisis económica y financiera mundial, y un significativo fortalecimiento de nuestras defensas comunes ante futuras crisis. Con esos objetivos, en los últimos meses nos hemos unido en una escala de alcances sin precedentes. En los próximos días creo que avanzaremos con un sentido de propósito compartido. Debemos hacer lo que sea necesario para reinstaurar el crecimiento, aplicando las reformas que puedan afirmar el sistema financiero con vistas a futuro. Debemos rechazar el proteccionismo y acelerar nuestros esfuerzos para apoyar a los países emergentes, y establecer una estructura que pueda sostener la colaboración internacional en los próximos años. Muchas gracias.
Dr. Enrique del Carril
Muchas gracias señor Embajador. Los que quieran hacer preguntas vayan redactándolas y acercándolas a la mesa. Pasaremos ahora al almuerzo, y a los postres le pediremos a nuestro visitante que tenga a bien contestarlas.
-Dr. Enrique del Carril: La primera pregunta le pide al señor Embajador si puede resumir, brevemente por supuesto, la política sobre Cuba que piensa llevar adelante el nuevo presidente de los Estados Unidos.
-Embajador Wayne: El presidente Obama claramente ha tomado varias medidas para facilitar la interconexión de ambos países, en especial de las familias de origen cubano con sus parientes que viven en Cuba, y también ha liberalizado varias medidas comerciales. Y hay disponibilidad para hablar, para discutir cómo puede mejorarse la situación. Sin embargo, en el otro lado hay un fuerte compromiso de las libertades y derechos humanos. Es un proceso en estos momentos; vamos a ver lo que es posible lograr dentro de los dos países. Es una esperanza, pero se necesita acción de ambas direcciones, el mejoramiento de prácticas, también de parte de Cuba.
-Dr. Enrique del Carril: La segunda pregunta está más dirigida al tema de la crisis: ¿en qué época sitúa el comienzo del sistema de titularización de las hipotecas, o de securityzation de las hipotecas?
-Embajador Wayne: Pienso que el comienzo fue en los últimos años de la década del 90, que hubo varios cambios en la regulación, que permitió ese tipo de actividad. Lo que pasó en los primeros años de este siglo es que la securityzation fue mucho más rápida que la evolución de la capacidad para regular esas nuevas medidas y formas de la titularización. Y claramente hoy se puede ver que en los últimos años no ha habido suficiente regulación de estas prácticas, y que no había mucha comprensión, no solamente en los legisladores sino también en los otros actores del sistema financiero, sobre las formas de securityzation que existen.
Recuerdo que cerca del 2004 había una institución financiera en New Jersey que cayó, y varios observadores indicaron que eso era señal de la endeblez de ese sistema de titularización, pero como no hubo entonces otras instituciones con el mismo problema, no se pensó necesario cambiar ese sistema. Pero realmente aquello era una señal de advertencia, y para el 2008 nuestro sistema financiero falló, con tan malos efectos para todo el mundo como los que se han visto.
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