CONFERENCIA CASSABA

El 3 de septiembre se llevó a cabo la conferencia CASSABA -Derogación y Distribución- su impacto en los abogados, fue expositor el presidente de la Comisión Liquidadora del Organismo, Dr. Jorge Enríquez.



Palabras de apertura del Dr. Enrique del Carril


Buenas tardes, muchas gracias por estar aquí. La idea de esta reunión es que nos informemos sobre la situación que se plantea a los abogados con la liquidación de CASSABA. Yo solamente haré una introducción refiriéndome a cómo fue toda la gesta que terminó con la liquidación de la Caja, y el papel que ha tenido este Colegio en dicho movimiento.

La postura tradicional de este Colegio ha sido contraria a las Cajas de Previsión para abogados. Esta postura surge de una concepción de la abogacía como profesión liberal, en la que al abogado no se lo puede obligar a aceptar un determinado régimen previsional concreto de su profesión. Por otro lado nuestro Colegio siempre se ha opuesto al corporativismo profesional que, a nuestro juicio, debilita el régimen único de jubilaciones. Pensamos que en un país organizado lo importante es tener un fuerte y sólido régimen general de jubilaciones y que el nacimiento de regímenes parciales o corporativos ha sido la respuesta a falencias del régimen previsional central.

Pensamos que la solución, quizás somos demasiado idealistas, no puede ser que cada uno organice su Caja, sino que debamos luchar por un régimen previsional sólido para todos los argentinos.

El tercer punto de conflicto que vemos nosotros en los regímenes de previsión, es que consideramos que perjudica el acceso a la justicia, porque aumenta el costo del pleito para el litigante. Pensamos que los abogados no tenemos derecho a imponerle al litigante, que es aquel que va a buscar justicia, una contribución para nuestra jubilación. La jubilación es un problema propio, justamente porque somos una profesión liberal y los regímenes provinciales cargan al litigante con un importante aporte, que generalmente la ciudadanía no conoce o lo toma como un impuesto. Pero los abogados sabemos perfectamente bien que esto encarece la justicia en beneficio de nuestra corporación.

Esta tradicional postura del Colegio fue la que esgrimimos cuando se presentó el proyecto de creación de CASSABA. Se hicieron declaraciones, se habló con los legisladores en ese momento, y el Colegio se opuso tenazmente a la creación de dicha Caja. En el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires ustedes saben que la colegiación o la organización de abogados tiene una particularidad que no se da en las provincias, porque tenemos un Colegio Público y dos asociaciones libres de abogados, que son este Colegio y la Asociación. El Colegio de Abogados creo que fue en ese momento la única entidad para abogados que sostuvo una postura contraria a la Caja de Previsión de Abogados, entidad que había surgido por una mayoría circunstancial del Colegio Público, que incluso no había sometido el proyecto a la Asamblea.

Esta lucha en la etapa de proyecto no tuvo el éxito deseado, porque a pesar de la oposición la Legislatura votó la Ley 1781, la creación de CASSABA. El Dr. Jorge Enríquez era en ese momento legislador, así que va a poder darnos mayores detalles sobre el particular.

Después que se sancionó la Ley nuestro Colegio persistió en la postura y se elaboró una estrategia alternativa, no en el Colegio pero sí en algunos grupos de socios, que consideraron que era importante estar en la Asamblea de CASSABA para evitar que esto llegara a ser peor todavía. Eso dio lugar a que mucha gente, que no estaba en realidad de acuerdo con CASSABA, estuviera en la Asamblea. Después tuvimos las elecciones del Colegio Público en el 2006, que ganó el Dr. Risso con una bandera claramente opositora a la Caja, que en gran parte fue el detonante y la razón de su triunfo. Desde el Colegio Público, también desde ese momento, hubo una oposición a CASSABA que es encomiable; hay que reconocer que el Colegio Público en esto llevó la lucha adelante, con un argumento que era el de la inconstitucionalidad de la Ley. Se alegaba que la Caja era inconstitucional porque violaba la disposición que solamente permitía que se mantuvieran los regímenes previsionales particulares, pero que no se crearan otros. Esa lucha fue llevada a los tribunales, también este Colegio acompañó, pero nosotros veíamos que el tema en la Legislatura de la Ciudad tenía pocas probabilidades de triunfar con ese argumento. Era muy difícil que los legisladores de la Ciudad, que habían sancionado una ley, reconocieran ellos mismos que fuera inconstitucional.

Nosotros pensamos que debía encararse el tema desde el punto de vista político. Desde la opinión de los abogados de Buenos Aires, que con el resultado de las elecciones en el Colegio y las manifestaciones públicas, dejaban demostrado que no querían un régimen previsional particular. Y el segundo argumento político era el perjuicio para el habitante de la Ciudad, porque le aumentaba el costo de la justicia.

Durante el año 2007 la lucha se llevó en el ámbito de los tribunales y en el ámbito de la legislación, donde fue bastante dura porque había una reticencia fuerte en muchos legisladores, eso también va a poder explicar el Dr. Enríquez. No había un convencimiento total, siempre estábamos ahí al borde pero no se conseguían los votos necesarios. Se buscaron alternativas, hubo un proyecto de hacerla voluntaria, a fines del 2007, pero la realidad es que parecía que de la Legislatura no iba a salir la derogación.

En la Justicia teníamos dos posturas diferentes, en la Ciudad era claramente a favor de la constitucionalidad y en cambio en la justicia nacional varios jueces se habían pronunciado por la inconstitucionalidad. Pero no había una decisión definitiva a fines del 2007.

Por ese entonces se empezaron a preparar las elecciones de renovación de las autoridades de CASSABA y en este Colegio los componentes de una comisión que creamos tuvieron la brillante idea: presentarse en las elecciones (ya el Colegio Público había decidido no hacerlo) y plantearle a los abogados de Buenos Aires que si apoyaban esta lista de modo que se impusiera, esta lista iba a pedir a la Legislatura la derogación y liquidación de CASSABA. Yo siempre digo que esto fue una especie de caballo de Troya; Jorge Enríquez me dice que eso no le gusta mucho porque suena a traición.

Pero la idea era derogar la ley y liquidar CASSABA desde adentro. Nos pareció una idea brillante repito, teníamos que convencer al protagonista, nosotros pensamos que nadie mejor que el Dr. Jorge Enríquez, que se sorprendió cuando se lo dijimos “¿cómo voy a ser yo candidato a presidente de CASSABA si lo único que he hecho en la Legislatura en este tema es intentar su derogación?” En una conversación que tuvimos en enero le explicamos que justamente eso era lo que buscábamos, que él fuera un símbolo, que el símbolo fuese claro, o sea que la gente viera que no era una lista que iba a tomar el poder en CASSABA para eternizarse, alegando algo pero que después iba a quedarse, sino que había un compromiso serio y terminante de derogar la Ley y liquidar CASSABA.

Evidentemente los abogados de la Ciudad apoyaron en más del 50% y eso demostró claramente que CASSABA era políticamente inviable. Allí creo que la Legislatura tomó conciencia, y si bien no con la rapidez que nosotros quisimos, pero hace menos de un mes tuvimos la Ley que deroga a CASSABA. Curiosamente, lo que les he dicho sobre los argumentos se refleja en el Diario de Sesiones de aquel día, cuando prácticamente todos los legisladores reivindicaron la facultad de la legislación para crear organismos de este tipo. O sea desecharon el argumento de la inconstitucionalidad, y utilizaron el argumento político: los abogados no querían CASSABA, que además era un estorbo para el acceso a la justicia.

Hoy tenemos ya a CASSABA en liquidación, y nos enfrentamos al compromiso de liquidar en un año, según lo estableció la Ley. Y aquí vienen una serie de problemas y particularidades, que creo que el Dr. Enríquez podrá explicar mejor, y sobre todo responder a preguntas. Porque esto es un hecho inédito, pocas veces ha pasado que un organismo previsional se haya derogado y hubiera que entrar en una etapa de liquidación que significa mantener algunos beneficios en aquellos que tienen ya un derecho adquirido, liquidar la entidad y restituir a los aportantes sus saldos o lo que surja de la liquidación, analizar a qué régimen jubilatorio van aquellos abogados que están aportando, en fin, una serie de particularidades que las dejo en manos del Dr. Enríquez, para que también esté a disposición de ustedes para las preguntas que deseen hacer. Muchas gracias.

Exposición del Dr. Jorge Enríquez


Buenas tardes, ante todo quiero señalar méritos, porque es bueno ser agradecido y reconocer los méritos a las personas cuando encaran tareas que como en este caso parecían ciclópeas. El Dr. Del Carril hizo una alusión en su breve conferencia, a que los miré con extrañeza cuando me vino junto con el Dr. Bissi aquí presente, el Dr. Curutchet y el Dr. Bardelli, a proponerme la candidatura para presidente de CASSABA; yo pensé que el calor de ese enero los había trastornado. Luego me insistieron, diciéndome que tenía que concluir la tarea que yo había empezado.

En efecto, cuando se votó esta Ley en el 2003, una mayoría abrumadora (40 votos contra solamente 7 que estuvimos en contra), en un variopinto porque entre esos 7 estaba alguien que no tenía nada que ver conmigo ideológicamente, que era el inefable Dr. Abel Alexis Latemborf, hoy fallecido, ustedes se acordarán de la fama que tenía de actuar en las sesiones, haciendo gala de un histrionismo poco habitual en un legislador. Con otros diputados que venían de otros espacios políticos, yo integraba el bloque de la UCR y quien se sentaba al lado mío, que curiosamente no era abogado, el Dr. Fernando Coyro, fue el único radical que conmigo votó en contra de la Ley; yo fui el único abogado diputado que la votó en contra. Y cuando la votaba -no quiero reiterar los argumentos porque fueron muy concretamente expresados por el Dr. Del Carril- señalaba justamente a los que me querían correr por derecha que estaban dinamitando el sistema de seguridad social nacional. Tenía una Carta de Lectores publicada en La Nación por el Dr. Aldo Neri donde decía que si se aprobaba este nuevo nicho corporativo jubilatorio se atentaba contra uno de los pilares del sistema, cual es la solidaridad; con distintos nichos se crean jubilaciones elitistas.

En la noche previa al debate yo estaba garabateando algunas ideas para exponer en el recinto, y un hijo mío que estaba estudiando cerca de mí (se estaba por recibir de abogado) me preguntó si esto venía a ser una jubilación de privilegio, y me dijo que yo siempre me había opuesto a esas jubilaciones. Y efectivamente ése fue uno de los argumentos que sostuve, y otro de los argumentos, para los que me querían correr por izquierda, fue que se iba a encarecer la administración de justicia. Todos entendemos que la justicia es un servicio, y que el artículo 108 de la Constitución señala que debe tener un bajo costo económico, porque de lo contrario implica una virtual denegación de justicia; aunque fuera un 1% que establecía la Ley, sabemos que el 5% restante también se lo trasladan los abogados al justiciable. Sabemos que lamentablemente esto es así, si no acá hay compañeros míos del Colegio Público de Abogados del año 86, compartimos la Mesa de la asamblea, y podrán decir la cantidad de casos que llegaban al Tribunal de Conducta, donde el bono, la matrícula anual, lo trasladaban al cliente, le metían en la factura la matrícula completa del año. Esto ya no era falta de ética sino que también configuraba un ilícito.

Presentado este panorama, tal cual como lo relataba el Dr. Del Carril, debo decirles que el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires fue, a mi juicio, una pieza fundamental en la derogación de CASSABA. Digo esto porque la bandera que se sostuvo por parte del Dr. Rizzo en 3 ó 4 elecciones, después de la que nosotros habíamos ganado en el Colegio Público, era la bandera de la derogación. Pero también esa bandera se mezclaba con la elección del Consejo de la Magistratura Federal y local del estamento de los abogados.

Los más jóvenes convencieron a los que tenemos canas en cuanto a que era necesaria la tarea quijotesca de dar batalla en el lugar donde está la gente que está aportando, que cree en el sistema, que no se adhirió a una medida cautelar. Yo mismo me tuve que poner al día, porque yo estaba en mora, para poder integrar el padrón y presentarme como candidato, porque no me adherí nunca a la cautelar. Además estaba Cassaba Salud, algo en que no habíamos pensado, con 600 afiliados, con más de 1.200 cápitas, un sistema que funciona excelentemente bien, y que aun abogados que estaban en contra de CASSABA querían que se mantuviera.

Cuando empiezo a advertir que por ejemplo mi hijo y los compañeros de él, recibidos en fecha reciente estaban en el padrón porque habían sido incorporados en forma compulsiva, cuando empecé a ver también el apoyo que recibía de los grandes estudios de la ciudad de Buenos Aires. Aquí es justo destacar que el componente del voto de CASSABA abarca a distintos niveles sociales o económicos del abogado. Aparece por un lado el abogado joven y el abogado de edad avanzada, abogados que pertenecen a grandes estudios y abogados que no pertenecen a grandes estudios. Con lo cual se advierte que la idea que lanzó este Colegio de dar la batalla ahí en el propio ámbito, no era una idea alocada ni mucho menos.

Yo recuerdo siempre que Couture enseñaba que “sólo el tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su concurso”. Y aquí una primera minoría, fuertemente ideologizada, que estaba sumergida en su mundo de eterna auto-referencialidad, que era la minoría encabezada por Germano, creyó que ellos eran los dueños de la abogacía en la ciudad de Buenos Aires, y que era muy fácil convencerlos a los diputados.

La Cámara de Diputados de la Ciudad se caracteriza que, como uno tiene las barras tan cerca, es muy frágil frente a los gritos, es feo estar votando cuando uno tiene ahí a todos los colegas (recuerdo a Germano, Molina Quiroga, Keselman), todas esas caras que las tenía cerca, algunas pegadas a mí. ¿Cómo yo iba a estar hablando en contra de esta Caja y siendo el vocero del despacho de la minoría? Es difícil para uno, cuando se acuerdan de la madre, de la hermana y de la tía en el momento en que está hablando y tenga que pedirle al que preside que por favor ponga orden; incluso me dirigí a ellos: “Ustedes compartieron conmigo la etapa inicial del Colegio Público de Abogados, yo ni quería que el Colegio terminara teniendo una Caja jubilatoria ni teniendo una obra social; quería que fuera el control de la matrícula y el ejercicio del poder de policía, nada más. Y ustedes están alentando algo que va a pasar en CASSABA, una abogacía rica con abogados pobres”. Ése fue otro de los argumentos que se utilizaron y por supuesto la inconstitucionalidad, porque era atentatorio al artículo 125 de la Constitución local. Pero vuelvo a decirlo, que los abogados de la Ciudad de Buenos Aires nos oponemos a cualquier Caja compulsiva, cualquiera sea la jurisdicción que la regule. Y no es que yo me esté convirtiendo en el depositario de la verdad, sino que es lo que uno palpa en la calle, más ahora que se ha derogado CASSABA.

Claramente, decir que es inconstitucional es un argumento válido, yo lo utilicé. Pero bien lo dijo Enrique, si nosotros íbamos a la Legislatura con ese único argumento, no bastaba para triunfar. Las cosas a veces hay que ponerlas en claro, esta Ley 2811 el año pasado estaba muy bien trabajada por despachos que habíamos presentado, fíjense dos talibanes que habíamos estado en contra de CASSABA, Gaido y yo presentamos proyectos, estaba Borreli y Godoy que siguen siendo diputados, Gaido y yo dejamos de serlo en diciembre, y no obstante todo el esfuerzo que hicimos no conseguimos sacar la Ley. Y les explico, porque ahora cuando uno lo ve con la visión que le da la distancia y el tiempo, lo voy a decir hoy porque así lo vengo sintiendo desde hace unos cuantos días, a raíz de algunas declaraciones poco felices que está haciendo el presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, que el año pasado yo me pregunté ¿por qué no salió la Ley, si estaban los votos y la composición era más o menos análoga?

Yo era presidente de la Comisión, y noté que había una resistencia muy fuerte por parte de algunos diputados que buscaban el camino de la opcionalidad, o de una caja complementaria, estos mecanismos que yo al final acepté a regañadientes con Godoy, Borrelli y algunos otros más, porque dijimos que es un paso que se avanza. Pero es la muerte por goteo, lo tenemos al enfermo en estado vegetativo, pero en algún momento habrá que desenchufarlo, porque evidentemente si no traen recursos esto se va a hacer una pirámide, si la pirámide empieza a tomar este movimiento, a partir del momento en que la base es mínima no se van a poder pagar las jubilaciones y pensiones. Entonces yo advertía por qué algunos diputados se ponían muy mal y estaban en una posición dubitativa. Cuando uno veía ese espacio y sobre la derecha se ubicaban los que estaban a favor de CASSABA, que venían con argumentos, aunque discutibles por cierto, y veía de este otro lado hordas que criticaban el tema de CASSABA, pedían la derogación y decían aquél no habla, este otro no habla. Yo mismo me ponía en el lugar de algún diputado al lado mío que me decía que él no quería saber nada con estos, busquemos un camino alternativo, porque no es a las trompadas la forma de derogarlo.

Se debe derogar como corresponde, en un marco de deliberación, que fue lo que ocurrió en uno de los debates más serios que yo vi en la Legislatura al tratarse la 2811. Fue un debate serio, aun cuando le digo que no hay que bajar la guardia, por eso insisto en que no nos vayan a crear otro Frankestein con distintos padres, porque muchos de los diputados, de los 32 que votaron la Ley 2811, no están ni remotamente convencidos de que no debe haber una caja jubilatoria de la Ciudad de Buenos Aires. Creo que lo que campeó en general allí fue que si hubiera algo complementario sería aceptable. ¿Qué pasó?, la mayoría macrista, 27 votos más otra diputada, se galvanizó a través de una promesa electoral que Borrelli, Godoy y yo habíamos arrancado al jefe de Gobierno y a Gabriela Michetti, que era la derogación de CASSABA indefectiblemente. Esa mayoría galvanizada logró que luego, por otras razones, se sumaran 3 diputados del Frente para la Victoria y el Dr. Alejandro Rabinovich, que es un diputado muy bueno y un abogado de trayectoria, y que me dijo “realmente esto es una expoliación”. Finalmente luego de esa azarosa jornada del 24 y la madrugada del 25 de julio, derogamos CASSABA.

Quiero señalarles que la conducción actual asumió el 1º de julio con el marco de vigencia de la Ley anterior. Yo les he traído un carpetín, voy a dejar unos cuantos más para los socios de los Colegios, donde exponemos la síntesis de la gestión nuestra. Cuando asume el directorio el 1º de julio con vigencia de la 1181, comienza a intentar acciones para derogar dicha ley. Propone a iniciativa de algunos de los colegas que integraban la Asamblea anterior, que se modifique su artículo 5º, como para que por vía de reglamentación pudiéramos empezar a trabajar, o sea para no quedarnos cruzados de brazos hasta que se sancionara la ley derogatoria.

Empezamos con la reducción de gastos, que se ha venido llevando a cabo hasta el presente. Ahí les hacemos una breve reseña: pusimos en marcha la venta del edificio de Viamonte 542/48 por subasta pública, que la Legislatura después convalidó. Hablamos también de los activos financieros, hay un cuadro donde se los explicito. Por allí el Dr. Rizzo está diciendo, en El Cronista y lo dijo también en un programa de TV, que Germán manifestó que el 1º de abril había 108 millones de pesos; está el acta del Consejo Directivo, donde se refieren muy cariñosamente al Dr. Ramírez Calvo, a mí y al Dr. Gómez que es de la oposición (cosa curiosa) diciendo que yo declaré que había 80 millones. Les quiero decir que cuando hablamos de los 80 millones, el Dr. Ramírez Calvo me dijo que efectivamente, nosotros nos encontramos con un activo que está integrado por Créditos a Cobrar por cerca de 30 millones. Entonces les digo: asumiendo CASSABA el 1º de julio, si yo para el día 5, aún cuando la Ley estuviera vigente, con el lema “Derogación y Distribución” que era la síntesis de una plataforma, mando a ejecutar a un abogado, después aparezco en un zanjón y mis colegas del Consejo Directivo… sería como decir que nos hemos reído en la cara de ustedes.

Las cuentas son absolutamente claras y no merecen ningún reparo, por eso tenemos un tesorero como Ricardo Ramírez Calvo, la pro-tesorera Laura Ellif y gente tan honorable en el Consejo Directivo. Los activos que tiene hoy CASSABA en Inversiones A e Inversiones C, son de 47,7 millones de pesos. A ello hay que sumarle 11 millones de pesos (números redondos) de Plazos Fijos, lo que lleva el total de las inversiones a 58 millones de pesos. Si a eso le sumamos los 12 millones en que tasó el Banco Ciudad al inmueble, tenemos 70 millones de pesos. La diferencia, como bien decía Ricardo recién, no es de 70 a 80, sino de 70 a 100, porque lo que había para cobrar, que no lo había condonado ya Germano, era de 30 millones de pesos. Hay que añadir el Fondo de Reserva de 2,2 millones de pesos.

El acta mencionada del Consejo Directivo, dice que nosotros hemos echado personal. Les digo que cuando asumimos yo tuve “escrache” en mi casa, en mi estudio y frente a CASSABA, donde durante muchos días pusieron carteles que decían: ‘Enríquez, venís a sacar la gente nuestra y poner los ñoquis políticos tuyos’ y así por el estilo. Y les digo que en CASSABA el personal en relación de dependencia a marzo de 2008 era de 36 personas que tenían una masa salarial de 83 mil pesos. Al mes de septiembre de 2008 tenemos 15 personas trabajando, se fueron 21 personas, 40 mil pesos es la masa salarial y les digo que acá hay una trampa.

Hemos contratado a una persona de prestigio, el Dr. Horacio Chiquizola, ex vicecanciller de la Nación Argentina y ex presidente del Banco Ciudad, me dice que estaban poniendo 40.700 pero que debe incluirse un aumento como mínimo del 15%, que de ninguna manera llega a la suma de 83.000 pesos. Hubo solamente dos despidos, hay tres situaciones litigiosas y 16 renuncias, que se producen porque realmente esa casa era una casa fantasma. Había empleados que no sabían para qué estaban, qué tipo de funciones cumplían. Hoy el tesorero, el secretario, la pro-tesorera, yo mismo, venimos con regularidad más allá de las reuniones.

Se ve una actividad que antes no existía; hoy nosotros, en parte porque tenemos un plazo asaz breve de un año para liquidar, prorrogable por un año más con aprobación de la Legislatura. De todas maneras si no hubiera ningún hecho grave, que empiecen a llover demandas o amparos que entorpezcan el normal desarrollo de la liquidación, yo creo que antes del año tenemos que haber liquidado, si no es un fracaso. Siempre les digo a mis colegas que cada día de tiempo que perdemos en esta etapa, es una semana de gestión normal, o sea cuando alguno de ustedes me dice ‘esto lo hacemos mañana’, me están diciendo ‘lo hacemos la semana que viene’.

Respecto a nuestras contrataciones, les comento sobre Seguridad algo que podría parecer nimio, pero de $ 14.000 que estábamos pagando lo hemos reducido a $ 13.000 que en realidad no es haber bajado $ 1.000 sino que es eso más evitar un aumento. También lo inherente al costo de las administradoras de los activos financieros, entre ellas la de Daniel Marx y el Banco Hipotecario. Conseguimos en el caso de Marx una rebaja que implica un ahorro anual de $ 60.000, todo en un plan de contención del gasto dentro de lo que se puede hacer en una liquidación.

Les acompaño la composición del total de las inversiones en un gráfico muy colorido, donde está como se vienen realizando todo tipo de inversiones, la cantidad de juicios en los que CASSABA es parte actora, que son tres y en los que es parte demandada, que son 258. Incluso hemos contestado dos notificaciones, porque hay jueces que se resisten todavía. Miren que yo hablé con Zaffaroni, con Lorenzetti, estaban totalmente de acuerdo que las acordadas quedaban derogadas por imperio de la 2811, pero hay jueces que todavía insisten. Hoy contesté dos traslados para saber si debían practicar o no las retenciones. Es como para decirle al juez que es error inexcusable del derecho, en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires es causal de juicio por destitución el error inexcusable del derecho. Contestarle al juez para decirle que los fondos que se pretende retener no forman parte del patrimonio de CASSABA, le tenemos que contestar de una manera elegante, que CASSABA no tiene ningún interés en efectuar retención, y máxime luego de la sanción de la Ley 2811.

Las pensiones otorgadas, son 58; los subsidios otorgados son 56; los subsidios desistidos son 3 y la única jubilación otorgada. Les digo que tuvimos 30 días, porque esta ley se sanciona el 25 de julio, con vigencia al 1º de agosto y recién se publica el día 7. Pero en realidad si aplicamos el artículo 2.º del Código Civil el período sería 8 días hábiles después de su publicación. Entonces nosotros hacemos una interpretación de que la voluntad del legislador no fue que se empezara a aplicar el día 8, sino el día 1.º.

Más les digo, ahora vamos a sacar una nueva solicitada en el diario, con dos cuestiones: por un lado el 31 de agosto, 30 días a partir del 1.º de agosto teníamos que resolver todos los subsidios y pensiones por otorgar; los resolvimos ya en tiempo y forma. Por eso las 55 pensiones que teníamos subieron a 58, una jubilación sigue habiendo y resolvimos todo lo demás: subsidios, préstamos personales y préstamos hipotecarios. Por suerte hay un solo préstamo hipotecario, acordado por el directorio anterior.

También les doy un pequeño listado donde señalamos los obrantes censados, que son en total 44.588 de los cuales más de la mitad son censados porque pagaron en alguna oportunidad un lex o hicieron el aporte, pero no completaron el AMAO. El otro tema que me quedaba pendiente es que algunos colegas nos paraban por la calle diciéndonos que querían pagar el AMAO, y estaban en contra de CASSABA; nosotros al asumir los suspendimos hasta el 31 de agosto, pero algunos querían pagar de todas maneras.

Lo último que les comento es que la Comisión Liquidadora de CASSABA está integrada por 9 miembros, de los cuales 5 fueron electos por el directorio vigente cuando se sancionó la Ley y 4 por la Legislatura. Nosotros hemos designado a los 5 en reunión del Consejo Directivo, hay alguna crítica de por qué no aceptamos a nadie de la oposición. Quiero decirles que en el proyecto que hemos elevado Gaido, Ramírez Calvo y yo a la Legislatura, contemplamos la participación de la oposición de por lo menos uno sobre los cinco. Pero la Legislatura no lo entendió así y con mucho criterio dijo que acá ya no hay un juego de mayorías y minorías, porque hay un ente liquidador, donde no pueden tener a alguien que esté en contra de la liquidación. Pese a ello algunos nos han acusado de discriminadores.

Tengo una carta que envió el Dr. Ideler Tonelli donde renuncia a la Asamblea, y que es muy ejemplarizadora del camino que tendrían que haber seguido todos. Hay un dilema ético importante, que lo resuelve Ideler Tonelli con la hombría de bien que tiene, diciendo que renuncia a la Asamblea de CASSABA, porque ni ideológica ni moralmente se encuentra en aptitud para seguir participando de un ente que se está liquidando, ni siquiera para controlar, porque él dice que para eso están la Auditoría General de la Ciudad, una auditoría interna y cuatro representantes de la Legislatura.

El caso es que el 1.º de septiembre, tuvimos que constituir, por esta condición de los 30 días para otorgar los subsidios, la Comisión en Liquidación. Después de tres cartas que les mandamos y protocolizado todo ante escribano público, constituimos la Comisión con los 5 miembros del Directorio de CASSABA surgidos de la última elección en que funcionó el directorio saliente. En consecuencia, esos 4 cargos siguen vacantes pero nosotros, que tenemos un plazo fatal de un año, no podemos estar demorando el inicio de la liquidación. Así es como esta Comisión Liquidadora está funcionando por ahora con 5 miembros, porque en la Legislatura todavía no se ponen de acuerdo para mandar sus representantes. Quedo a disposición de sus preguntas y les digo que estamos totalmente convencidos de que CASSABA, hoy, ya pasa a ser un mal recuerdo.
La Hoja es una publicación del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires